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miércoles, 29 de julio de 2015

Los Tiempos acertado cuando califica de "demasía" exceso oexageración, la interpretación que hace Evo de la visita papal, atribuyéndole "carga de mar" que no la hubo en verdad.

Posesionado como candidato a una tercera reelección presidencial, el Primer Mandatario ha dicho que “si no había Evo Presidente, no había (Rally) Dakar (2014-2015), no había (la cumbre del) G77 + China, no había (visita) del Papa que viene cargado de mar para Bolivia”, que  “vino acá justo para acompañar con oraciones al pueblo boliviano, habló muy bien del proceso de cambio (...) y después habló sobre el tema del mar”.
Se trata de una personalísima interpretación, poco fiel a la realidad. El papa Francisco llegó al país por una feliz coincidencia de varios factores, entre los cuales, la invitación y gestión del Presidente fueron importantes, pero, no llegó “cargado de mar”; pidió, para resolver problemas regionales, diálogo... y agregó que en esta reflexión pensaba en el mar, sugiriendo construir puentes y no levantar muros. Y se fue sosteniendo que es justa la demanda del país y que siempre hay polémica cuando se trata de límites establecidos después de guerras.
Sobre el proceso de cambio, el Papa dijo que es una frase que le gusta mucho. “El cambio concebido no como algo que un día llegará porque se impuso tal o cual opción política o porque se instauró tal o cual estructura social. Dolorosamente sabemos que un cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir.
“Por eso me gusta tanto la imagen del proceso, los procesos, donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos. La opción es por generar proceso y no por ocupar espacios”.
Se trata, en consecuencia, de una demasía esa interpretación preelectoral que incluso puede ofender...

domingo, 26 de julio de 2015

Profesor y Ministro de la Suprema José Luis Baptista tiene toda la autoridad para analizar y mostrar la inconducta de algunos jueces en lo Penal que dictan condenas injustas. también la sedición está bajo su mira profesional.

Si el juez está identificado con la posición política de quienes se encuentran en función de gobierno, aunque no reciba órdenes, su capacidad de actuar ecuánimemente resulta debilitada o desaparece totalmente
En el ejercicio de cualquier ocupación suele presentarse en el ejecutor el temor a equivocarse, por la posibilidad de que el error procedente de una decisión desacertada ocasione daño. Para algunos profesionales la incertidumbre al respecto es de mayor gravedad, debido a que sus acciones producen efectos en relación a determinados bienes jurídicos de especial trascendencia. Tal es el caso de jueces en materia penal, de quienes dependen la libertad y el honor de las personas. En consecuencia, es altamente comprensible que estos profesionales actúen cotidianamente con el mayor cuidado en el ejercicio de una vocación puesta al servicio de sus semejantes, tomando todas las previsiones que se estimen necesarias para evitar la condena de un inocente.            
Pese al esmero que ponen los jueces, son frecuentes los errores judiciales originados en defectuosa apreciación de pruebas y, aunque son involuntarios, dan lugar a sentencias injustas por su resultado. Una de las principales causas de error judicial proviene de una valoración no crítica de la confesión, como sucede cuando los Fiscales solicitan al juez la aplicación de una pena menor por haber convencido al procesado que es factible ese beneficio si confiesa ser autor del respectivo hecho delictivo, desconociendo así el principio que señala que la confesión sólo tiene pleno valor si es expuesta sin coacción física ni moral.
Pueden también inducir a error las acusaciones formuladas por coacusados, en atención a ofrecimiento fiscal de reducción de la pena bajo la modalidad del procedimiento abreviado. Otra fuente de error es la defectuosa valoración de la prueba concerniente a la declaración de testigos, con referencia a la cual predomina actualmente el criterio existente acerca de la poca seguridad que ofrecen las declaraciones de testigos, pues no es fácil descubrir al perjuro. Se puede expresar lo mismo con referencia a los informes de peritos, principalmente de los dictámenes procedentes de los médicos forenses, pues los jueces no siempre perciben que son más profundos los conocimientos que tiene en su especialidad un ginecólogo o un psiquiatra y se inclinan por dar preferencia a aquellos cuando los procesados impugnan sus opiniones.
Hay sentencias injustas en su grado máximo cuando no proceden de un error sino de un propósito deliberado con plena conciencia de su carácter injusto, la mayor parte de las cuales no están en el ámbito de los delitos comunes, sino en el de los delitos políticos (traición a la patria, sedición, terrorismo). Tales delitos se diferencian de los otros por la gravedad de sus consecuencias, porque afectan al Estado y no solamente a los individuos. Los procesos por delitos de esa naturaleza ponen a la más dura prueba el principio de imparcialidad que es regla de cumplimiento obligado por parte de los jueces.
Si el juez está identificado con la posición política de quienes se encuentran en función de gobierno, aunque no reciba órdenes ni le llegue a su ánimo presión alguna explícita del poder político, su capacidad de actuar ecuánimemente resulta debilitada o desaparece totalmente porque debe su puesto al hecho de haber demostrado afinidad con tal poder y animosidad a políticos de posición contraria. Por ello, ha sucedido que, en mérito a ese estado de ánimo, como consecuencia de cambio de un gobierno por la vía de sedición, los jueces de la causa respectiva condenaron a quienes, en ejercicio de sus funciones, actuaron sin éxito para reprimir la rebelión, ignorando voluntariamente la disposición contenida en la última parte del artículo 124 del Código Penal que expresa que cometen delito los funcionarios públicos que no hubieren resistido una rebelión o sedición por todos los medios a su alcance.

El autor es abogado, fue profesor universitario y ministro de la Corte Suprema de Justicia.

jueves, 23 de julio de 2015

Karen Arauz desnuda "el placer de herir" de humillar, de ofender que tiene Evo Morales. en su rostro se dibuja un "rictus amargoo una odiosa semi sonrisa. Insultar y discriminar a los potosinos su última hazaña. Imperdible este rico texto. Gracias Karen.

Existen temas tabú en el comportamiento humano  lo que para algunos no es simple de comprender y tampoco es fácil aceptar su innegable posición en las arenas movedizas entre lo políticamente correcto y la irrenunciable libertad de expresión.
Hasta hace unas décadas, los temas tabú estaban ligados casi exclusivamente a comportamientos de índole sexual, siendo el sado-masoquismo su expresión más cabal. Para leer el Marqués de Sade, lo usual era una linterna muy bien oculta entre las sábanas y cuando no existiera duda que los mayores no se percatarían de la maniobra. Poco a poco, los temas se flexibilizaron y se empezó a denominar también tabú, a asuntos que debían permanecer en el secretismo familiar. Los requiebres amorosos del abuelo en los zaguanes con las atractivas vecinas del barrio, eran innombrables. La existencia de hijos “naturales” eran ignorada absolutamente y pese a que muchas veces era inocultable, como era tabú, todos lo obviaban en el afán de que así dejarían de ser reales.
Las costumbres “raras” de las monarquías se ocultaban instintivamente. Escándalos como los acontecidos en la corona británica, nunca podrían haber sido socialmente aceptadas. Hoy, tenemos a la hija y hermana de los reyes de España, en procesos públicos por inconductas económicas y son noticia que pueden molestar pero ya han superado el ámbito de lo impenetrable.
Sin embargo, de la época antigua queda flotando el concepto tabú del placer de humillar y ser humillado.  Trasladada la idea a lo aceptable hoy, donde no hay temas prohibidos que no se puedan ni no se deban ventilar, es a veces la decisión de no lastimar lo único que frena el tratamiento de ciertos acontecimientos.
Nuestra historia está plagada de cosas que han permanecido en el nivel de rumores y chismes políticos hasta convertirse en leyendas. Muchos recordamos el ojo morado de un famoso periodista a quien el presidente dictador literalmente le sentó la mano. O el ministro de Estado que se tuvo que tragar los improperios casi públicos de una aguerrida primera dama. Ahora, el placer de humillar en función al cargo, se convierte en  instrumento de medición del poder que se ostenta, y eso ya son palabras mayores.
A nadie que sienta al menos respeto por sí mismo, le gusta que se haga leña con el árbol caído. Se siente una elevación de la presión sanguínea cuando se golpea a alguien en el suelo. Más aún cuando es obvio donde radica la fuerza. El grandulón rodeado de guardaespaldas, se puede dar el lujo de coronar su valiente hazaña, propinándole patadas en el suelo al indefenso. Para esto no hay otro calificativo más que cobardía. Uno a uno y en igualdad de condiciones, es el tipo de enfrentamiento que no caracteriza a ciertos sujetos.
Ya no cabe duda. A Evo Morales y un par de sus satélites iguales a él, les gusta humillar. Se va a Buenos Aires a inaugurar una horrible (de un millón de dólares de los bolivianos) estatua de Juana Azurduy y ni siquiera tuvo el tino de contratar a uno de nuestros escultores que los tenemos magníficos. Se evitó los actos cívicos de La Paz -que aunque haya sido lo mejor-, era su obligación estar como actual Presidente. Y no reparó en la marcha de los potosinos, habiendo podido parar el conflicto en sus inicios. Y todo porque disfruta agraviando. Cada vez que está frente a una cámara de TVB, en su rostro se dibuja un rictus amargo o una odiosa semi sonrisa. Insultar y discriminar a los dirigentes cívicos de Potosí, ha sido su última hazaña. Con un agravante.
Potosí le dio su apoyo siempre. La última vez con el 60% de la votación. Y el desprecio con que ha encarado el conflicto, lo reafirma en su posición como el gran vejador. Ha demostrado que no tiene noción del agradecimiento. Desde su óptica, no tiene por qué dejar de lado su deplorable fulbito para oír a su gente. Es que es su enorme ego quien aconseja sus pasos además de los adláteres que lo rodean, que son la encarnación de lo obsecuente y que encuentran en la cruda falacia, el recurso perfecto para ocultar su incompetencia.
Como tantos otros que son  sistemáticamente despreciados por el poder y a quienes se contenta con migajas del gran banquete masista, ellos están a tiempo de abandonar el papel de masoquistas. Nuevamente los lisonjearán cuando llegue el momento de reformar la Constitución buscando volver a reeditarse en el poder. Ahí tendrán su oportunidad de oro para demostrar que, humillaciones, no soportarán más. Hay que empezar a observar como el más grave error de Evo Morales, el no contemporizar con la sociedad y su total incapacidad de tocar tierra.  Grave error no calcular que es la misma ciudadanía que tendrá en sus manos la suerte que correrá, acá o afuera, en su próximo futuro.

miércoles, 15 de julio de 2015

con todo acierto Jimmy Ortiz reclama del Parlamento un informe sobre García Linera como terrorista. los daños que causó al Estado y del Fiscal Guerrero que también "militó en las lides de bandoleros contra la Sociedad" la petición será a la Ministra Paco, la del sombrero de ala ancha.

Noticia: Senadora Gonzales pedirá se lea “pasado terrorista de Vice” (Erbol 14 06 15).- Cuando la ministra de Comunicación, Marianela Paco, concrete su pedido de una ley que obligue  la lectura de textos oficiales sobre el caso Terrorismo, “la oposición pedirá que se incluya el pasado terrorista del vicepresidente Álvaro García Linera y del Fiscal General del Estado, Ramiro Guerrero.
Comentario: La historia de un País no se puede escribir como le convenga al gobierno de turno. La historia es un tema delicado, que se debe tratar con la máxima responsabilidad, pensando en los intereses superiores de la sociedad.
La historia se tiene que escribir cuando las pasiones coyunturales hayan dado paso a la serenidad de historiadores de verdad. Los activistas políticos no son los más indicados para escribirla, su segado punto de vista no lo permite, la historia es un tema de profesionales. Lógicamente que me refiero a la historia oficial, la historia seria y veraz que deben escribir los Estados.
El “pedido de una ley que obligue  la lectura de textos oficiales sobre el caso Terrorismo” es poco afortunado. Escribir la historia de un hecho que se encuentra en pleno desarrollo, incluso en los estrados judiciales, es altamente irresponsable.
Es querer legitimar el caso de terrorismo de Estado más grande de la historia boliviana (blogjimiortiz), envuelto en los ropajes de un caso legal, siguiendo la conocida receta castro-chavista. La opinión pública nacional e internacional ya tienen un criterio formado sobre el montaje Rosza-Sosa, por eso los consejos nacionales de refugiados (CONARE) de Brasil, España, y EEUU, aceptaron dar refugios a perseguido por este caso.
Yo me pregunto: ¿qué historia va a escribir la Ministra Paco?
¿La que contó el Fiscal Sosa, cuando era parte del montaje, afirmando que “alistaba acusación formal contra implicados en caso terrorismo”? (La Patria 01 10 10) O La historia que contó el Fiscal Sosa, como exiliado político, donde se “ratificó el contenido de la carta al pueblo boliviano de 11 de marzo entregada a la Policía Federal de Brasil cuando ingresó a ese país donde revela que durante la investigación por el caso terrorismo corrió sobornos, compra de testigos y presiones para incluir, sin pruebas, a líderes cruceños” (Correo del Sur 13 05 14).
Yo me pregunto: ¿qué historia va a escribir la Ministra Paco?
¿La Historia de Boris Villegas como Director del Régimen Interior del Ministerio de Gobierno, férreo cancerbero anti “terrorista”, o la de Boris Villegas el acusado, afirmando que el caso terrorismo “fue armado y sin pruebas” por el gabinete jurídico, con la finalidad de descabezar a los entonces líderes cívicos  como Branko Marinkovic, Alberto Melgar y a otros dirigentes de Santa Cruz? (Pagina Siete 21 08 14).
Yo me pregunto: ¿qué historia va a escribir la Ministra Paco?
La del Viejo, testigo clave del gobierno, cuando “implicó a varios líderes cruceños en la supuesta sedición” (La Razón 15 01 11), o cuando afirmo que: “a la comisión de fiscales y a los asesores del Ministerio de Gobierno les incomoda que él haya dicho en el memorial donde pide juicio abreviado que Luis Norberto Clavijo y los policías Marylín Vargas y Wálter Andrade colocaron las bombas a las casas del cardenal Julio Terrazas y de Saúl Ávalos” (El Deber 20 -01 15).
Si la Ministra ha decidido contar los actos de terrorismo de Estado, que sucedieron durante la época republicana, es imperativo que incluya en su ley: La Masacre de Kuruyuki, donde el centralismo asesino 1.000 nativos orientales, incluido Apiguaiki Tumpa. La Masacre de Terebinto, donde el centralismo mando hordas de milicianos ucureños para matar y vejar al pueblo cruceño, exiliando al Presidente del Comité pro Santa Cruz Melchor Pinto. El Cerco a Santa Cruz del 2008, donde el centralismo del MAS; a la cabeza de Conalcam de Fidel Surco, atemorizaron a poblaciones de la zona occidental de Santa Cruz, llegando hasta Montero. Asesinando en su paso al profesor de Portachuelo Pedro López y al Unionista de La Guardia Edson Ruíz.
Debiera también incluir la quema de la prefectura de Cochabamba y el asesinato de Cristian Urresti. La Masacre de La Calancha y los asesinatos de: Gonzalo Durán, José Luis Cardozo y Juan Carlos Serrudo. La bomba que puso George Peter Nava Zurita, “integrante de la Casa Militar de Su Excelencia”, a Unitel Yacuiba. El golpe de Estado a la gobernación de Pando, con la muerte del Pastor evangélico Luis Antonio Rivero, Pedro Oshiro y otros.
Ministra Paco, si va a contar las páginas negras de la historia cuéntelas todas, la justicia y la integridad moral la obligan.

miércoles, 8 de julio de 2015

excelente por El Deber. advierte diferencia entre amnistía política que sería en realidad un desistimiento porque no tienen sentencia los enjuiciados, se para lograr paz. respeto mutuo y observancia de la Ley. el indulto no corresponde. es el pedido de Libertad "el don más preciado del ser humano"

Con la visita del papa Francisco a Bolivia, muchos ciudadanos han visto que esta es una oportunidad para pedir al Gobierno nacional que, en una demostración de respeto a los derechos humanos y a las libertades democráticas, dé amnistía en favor de los presos, perseguidos y exiliados políticos. Se exige no solo la libertad de los detenidos injustamente, sino también que, en el futuro, se respeten las leyes, se dignifique la justicia y se depure el Ministerio Público, de manera que no se repitan juicios con interés político contra inocentes.

En Bolivia, es sabido, hay presos políticos enjuiciados penalmente. Muchos están encarcelados desde hace más de cuatro años sin sentencia y algunos tienen su salud quebrantada. Sin embargo, la larga detención de los presos políticos no ha despertado la protesta internacional, como es el caso del líder opositor venezolano Leopoldo López. La prioridad, ahora, es conseguir en esta oportunidad la libertad de los presos, el retorno de los exiliados y el cese da las persecuciones. En Bolivia se ha otorgado amnistía en diversas oportunidades. Se la daba antes de elecciones. Se pensaba, cada vez que el Gobierno adoptaba esta medida, que se abría la posibilidad de lograr paz, respeto mutuo y observancia de la ley, que siempre fue torcida para endilgar delitos a inocentes, solo culpables por pensar diferente.

Sin embargo, no corresponde la amnistía, sino el simple desistimiento de los representantes del Ministerio Público –al fin y al cabo, estos obedecen al poder– de los juicios penales contra políticos y dirigentes encausados por el imaginario delito de terrorismo y aun de separatismo. Se debe autorizar el ingreso al país de los exiliados y ordenar a los organismos de represión que cesen las persecuciones. Todo esto si hay auténtica voluntad de humanizar la política.

Lo anterior es diferente a la amnistía, que es el “perdón de penas decretado por el Estado como medida excepcional para todos los presos condenados por determinados tipos de delitos”. Los pedidos de libertad no son para ‘presos condenados’, sino para encausados injustamente por delitos no cometidos. Tampoco corresponde el indulto, “que supone el perdón de la pena”. No se perdona al inocente. Nunca los ciudadanos que están en las cárceles sin haber cometido delitos debieron ser detenidos, coartando su derecho a la efectiva defensa en un procedimiento judicial. Es el derecho a la libertad, que es “uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos…” (don Quijote a Sancho)

viernes, 3 de julio de 2015

la historia de Fujimori puede repetirse con Evo. en la euforia de su poder cometieron ambos una masacre, asesinato de opuestos unos en la Embajada de Japón, Lima, otros en el Hotel América Santa Cruz. la OEA investigó, juzgó y sentenció al régimen Fujimori, como bien podrá hacerlo con Evo y su Gobierno llegada la hora. El Dia, ofrece un claro paralelismo del caso Rózsa.

Todos recuerdan la toma de la embajada de Japón en Lima del 14 de diciembre de 1996, cuando 14 miembros de la organización terrorista peruana Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) invadieron la residencia, donde había 800 personas participando en una celebración . Fue un acontecimiento mundial que fue vivido por millones de personas en los cinco continentes gracias a la transmisión minuto a minuto que hacían las cadenas de televisión. 125 días de encierro, la liberación a cuenta gotas de la mayoría de los rehenes hasta que quedaron 72 cautivos, entre ellos un boliviano; las negociaciones, las declaraciones de los rebeldes con sus caras cubiertas y fuertemente armados. Toda una novela dramática con mucho suspenso.

Pero mucho más recordado es el operativo montado por el gobierno peruano para la liberación de los rehenes. Un impresionante plan comando que involucró sofisticadas obras de ingeniería, túneles, acciones de inteligencia y estrategias de distracción. Eran los años del Fujimorismo, que había acumulado una larga experiencia en el combate al terrorismo.

El mundo aplaudió a Alberto Fujimori por la impetuosa solución al conflicto y en la memoria de todos quedó grabada la imagen del mandatario vistiendo un chaleco antibalas, paseándose entre los cadáveres de los terroristas, abatidos supuestamente en un intercambio de disparos con las fuerzas de seguridad que sufrieron apenas una baja.

Pese a semejante golpe mediático, Fujimori no pudo librarse de la crisis política en la que había caído producto de la corrupción y la violación de los derechos humanos. Poco tiempo después el jefe de estado tuvo que huir de su país al que retornó en calidad de reo en 2007 para enfrentar un juicio por el que fue sentenciado a 25 años de prisión.

Justamente por buscar el efecto político Fujimori se olvidó de la ley en aquella intervención militar en la embajada japonesa. Más tarde se comprobaría que las fuerzas de seguridad abusaron de su fuerza y realizaron al menos tres ejecuciones extrajudiciales contra los terroristas. El caso llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, organismo que se acaba de pronunciar con una sentencia en contra del Estado del Perú, al que ha encontrado culpable de la violación a la vida y a los derechos y garantías judiciales durante el operativo del 22 de abril de 1997.

La Corte resolvió que la sentencia es un forma de reparación y no determinó compensación económica por los hechos del presente caso. También ordenó al Estado de Perú a conducir la investigación y el proceso penal en curso para identificar, procesar y, en su caso, sancionar a los responsables de los hechos relacionados con la ejecución de los rebeldes, quienes se habían rendido al momento de ser ejecutados por los soldados del gobierno. El proceso ha examinado todos los detalles de la intervención  y ha concluido que “no se adoptaron medidas para preservar y resguardar adecuadamente la escena de los hechos y que el levantamiento de cadáveres, controlado por las autoridades militares y del Servicio de Inteligencia Nacional, no se realizó en forma fiable, técnica o profesional”.

La sentencia de la OEA sobre el caso MRTA, según los expertos, sienta jurisprudencia en el denominado 'Caso Rózsa' y alienta las esperanzas de que los bolivianos podamos conocer la verdad de lo que ocurrió en el hotel Las Américas el 16 de abril de 2009.