Hace varios días que Santos Ramírez está amenazando al gobierno en el sentido de hablar o "cantar" su verdad desde la cárcel de San Pedro, pero finalmente por uno u otro motivo, en una especie de cuento en cascada en el que el protagonista sufre mil percances y finalmente muere sin decir su verdad, Santos sigue sin denunciar a sus enemigos quienes supuestamente desde el interior de su partido habrían propiciado su detención haciendo que por "pugnas" internas al MAS se descubra la corrupción que se estaba generando al interior de la nacionalizada YPFB.
Los poderosos cuando caen resultan patéticos en sus acciones, y esto ocurre porque muestran sus debilidades y por ende las debilidades del poder del que forman parte y que pretendía mostrarse cohesionado, duro e invencible.
Este es el caso de la caída de Santos Ramírez, pues aunque el MAS y todo el Ejecutivo pretenden ignorarlo al punto de no hablar de él, porque según parece tienen la consigna de no nombrarlo, de dejarlo no sólo en la oscuridad de sus calabozo sino ante un muro de silencio para que calle su verdad, esa verdad que intenta contar, en ese juego de regala y quita que al final parece obedecer más a una suerte de chantaje que a la verdadera intención de contar los "interiores" del palacete y sus moradores así como de la vecindad de los ministerios y ministros que no están administrando bien ni los recursos ni el poder que les ha concedido su gobierno.
Santos que tiene una gran cola, podría también hacer que aparezcan las colas de sus "enemistades", que con seguridad no se atreve a enfrentarlos a sabiendas que estos están protegidos por el gran jefe, que necesita seguir conservando esas amistades peligrosas para dar continuidad a los planes de gobierno que no se pueden cumplir sin la concurrencia de las amistades peligrosas.Se dice que Santos fue impedido de prestar una conferencia de prensa el pasado fin de semana y ayer la Policía reprimió a periodistas de varios medios de comunicación que esperaban ingresar al Penal para escuchar lo que Santos había prometido denunciar a raíz del abandono en el que lo han dejado sus antiguos correligionario.
No es difícil sin embargo saber quienes son por lo menos algunos de sus enemigos más acérrimos, basta ser un poco observador para recordar que el día que lo tomaron preso un ministro que estaba también esos días siendo interrogado por otros hechos de corrupción que aún no han sido esclarecidos, anunció que daría una conferencia de prensa para inculpar al gran Santos ya caído. En su ofuscación por poco sale a la palestra a mostrar su saña y encono contra el enemigo-interno caído, pero finalmente parece que alguien logro detenerlo y la conferencia anunciada no se realizó.
La pregunta del millón es por qué calla aún Santos, por que no habla, ¿estará recibiendo amenazas y advertencias? ¿está realmente siendo acallado o finalmente se autocensura?
Lo que ya es innegable, es que el Penal de San Pedro tiene un pez gordo, un tiburón que con seguridad no se cebó sólo, no es el único ni tampoco ha sido un depredador solitario, porque en los mares del partido hay muchos peces de la misma especie.
Santos debe hablar o finalmente estará condenado a callar para siempre porque los alargues cada vez le quitan mayor fuerza y posibilidades de correr un poco del telón que esconde la máscara del poder que hoy le come las entrañas a Bolivia. (De Dante Pino aparece en Hoy Bolivia)
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