La ley corta que sancionó el Gobierno para procesar y poder derrocar “legalmente” a las autoridades electas democráticamente, es hasta hoy, la más rendidora de todas las normas que ha llevado adelante el régimen, que precisamente acaba de ponerle freno de mano al decreto que extendía el horario de trabajo de los médicos de seis a ocho horas. En Santa Cruz nomás, 30 alcaldes opositores han sido destituidos de sus cargos desde el 2010, por la vía de procesos judiciales iniciados por fiscales allegados al oficialismo, convertidos hoy en los “súper hombres” de la democracia plurinacional.
El último en recibir el “golpe de estado legal” ha sido el alcalde de La Guardia, Jorge Morales, cuyo municipio fue declarado en reiteradas ocasiones como un modelo a seguir. Durante algunos días, los seguidores de Morales estuvieron tratando de evitar su caída, pero al final se impuso la montonera masista. La mayoría de los alcaldes del departamento que han sido derrocados son de la agrupación Verdes, a la que pertenece el gobernador Costas. Queda claro que con este tipo de democracia, no hay modelo, estructura o respaldo que valga. El que se cayó, ahí quedó. Nadie podrá defenderlo, ni el Chapulín.
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