Para entender lo que pasa es necesario tomar las referencias de Pearl Harbor, Hiroshima y Nagazaki, Oklahoma y Nueva York. En Estados Unidos existen grupos terroristas como The Patriots, los sacedotes Phineas, las Milicias de Posse Comitatus, la Identidad Cristiana, la Nación Aria que van del nazismo al ultraliberalismo, la democracia radical y el fundamentalismo cristiano. Grupos como los nombrados producen abundante literatura y proclaman la Gran Revolución uno de cuyos hitos es la bomba de Oklahoma que mató 168 personas y dejó malheridas más de 600. El 19 de abril de 1995, Timothy McVeigh, joven patriota ejemplar, condecorado como héroe en la Guerra del Golfo hizo explotar una bomba en el edificio Murrah de Oklahoma, tras haberse sentido avergonzado por haber participado en “la cobarde carnicería provocada por el ejército contra indefensos iraquíes”
Durante el juicio que precedió a su ejecución con gases letales, McVeigh declaró haber descubierto con horror, en el asalto de Waco, que el gobierno federal había usado sus armas contra las libertades básicas del pueblo a saber, la libertad religiosa y la de armarse y defenderse. Por desgracia para muchos blancos, anglosajones y protestantes McVeigh es un mártir en la lucha contra el ateísmo, el multiculturismo y el totalitarismo.
El criminal cuenta con total desparpajo que escogió el lugar de su acto terrorista porque ofrecía excelentes ángulos para la cobertura del acontecimiento por la prensa, “de ésta forma pretendí vengar el asalto al rancho de Waco, Texas” donde se parapetaron los miembros de la secta davidiana, opuesta al gobierno norteamericaco, en el asalto fueron muertas 90 personas incluyendo 20 niños. Para el extremista McVeigh su acto fué una misión de soldado, con los métodos y estrategias aprendidos en Fort Bening, Georgia, la Escuela de las Américas. Para el Presidente Bush la ejecución del terrorista de Oklahoma City fué un acto de justicia, no de venganza.
Las acciones terroristas de blancos anglosajones se sucedieron com el estallido de una bomba que explotó en un subterráneo de la torre dos del World Trade Center matando 6 personas e hiriendo a más de mil. El enorme efecto provocó un cráter de 30 metros de diámetro y 60 de profundidad, llegando a destrozar los seis niveles del subterráneo neoyorkino. Lo curioso es que todos los atentados fueron atribuídos sin pruebas, claro está a los árabes y musulmanes que empezaron a sufrir un calvario de atropellos.
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