Sí, pero no; que no, que no
Cada vez se hace más difícil entender al presidente Morales. Desde hace algunos días viene machacando con algunas frases calcadas de las que se repitieron hasta el cansancio para justificar el gasolinazo navideño. Que “el país se desangra”, que “los subsidios son insostenibles”, bla, bla, bla. Esto hizo pensar a muchos que el jefazo anda haciéndole el nido al “Gasolinazo Parte II”, hecho que ha sido desmentido rotundamente por el Gobierno, cuyas autoridades aseguran que el “discurso gasolinero” no tiene nada que ver con la posible nivelación del precio de los carburantes, sino que alude a que la gente –según dicen-, ha tomado conciencia de que los subsidios son un grave perjuicio para la economía boliviana y que deben eliminarse. A ver, a ver, organicémonos. Si el Gobierno no tiene planes de lanzar otro gasolinazo, no debería ni tocar el tema de los subsidios, porque luego luego, la gente piensa mal. Por el contrario, si fuera como dice, que la población está consciente del problema y que estaría de acuerdo con el reajuste ¿por qué tanto miedo? Si el pueblo está de acuerdo con el gasolinazo, no hay razón para no obedecerle, en lugar de seguir echándole la culpa del problema a los gobiernos anteriores.
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