Artículo publicado por Los Tiempos, y el prestigiado portal Noticias Bolivianas, entre otros.
No hace mucho apareció en España, luego en Chile y fue reproducido por ABI, un extenso informe sobre los medios de comunicación bolivianos proclamando de entrada que "desde la derecha es frecuente la crítica a las iniciativas de gobiernos progresistas" y que tras décadas de gobiernos neoliberales su control de los medios por "poderosos grupos económicos privados tiene como estrategia boicotear y acosar a gobiernos legítimos" lamentándose que éstos gobiernos no puedan disponer de plataformas desde donde hacer llegar sus propuestas, ni explicar sus políticas. Luego se desgranan y nombran con pelos y señales a todos y cada uno de los diarios, canales de televisión, estaciones de radio y hasta sitios de Internet existentes en Bolivia y que estuvieran "enfrentando a Evo Morales tal como sucedió con Chávez dominados por la derecha". El alegato más parece el preámbulo de un proyecto para establecer uno o más diarios oficiales "para lograr que aumente la presencia de los sectores populares en los medios y que permitan el acceso a la televisión y la prensa" hoy con un discurso monoplizado por las grandes empresas privadas cuyo interés no pasa por ofrecer una información veraz y rigurosa.
Es de esperar que tanto la Asociación de la Prensa, como los colegiados que reúnen a empresarios y trabajadores de editoriales, canales de radio y televisión salgan por sus fueros y pongan los puntos sobre las íes para dejar establecida la más prístina verdad ante la sarta de errores malintencionados que contiene la propuesta de fundar medios de comunicación oficiales como sucedió en el pasado y que estuvieron condenados al más rotundo fracaso, recuérdese a La Nación, que le costó al MNR una ingente fortuna para defender la postura de sus gobiernos de paso por el poder y que si bien en determinado momento, logró impactar ante la opinión pública, en poco tiempo mostró sus garras y el periódico entró en un proceso kafkiano hasta desparecer por obra propia. Esto mismo ocurrió con las "radios mineras" que del apogeo llegaron al ostracismo y su virtual atomización cuando el sindicalismo minero pasó de moda, como pasará de moda el indigenismo o el evismo.
Existe una innegable relación entre la libertad de prensa y el desarrollo económico, según lo comprobó el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina con base en Buenos Aires y el Centro de Investigación de Medios y Sociedad de la facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes de Chile. Existe una correlatividad en los índices de libertad de prensa, libertad política y crecimiento económico de modo que en lugar de asustar a los gobiernos con el fantasma de una prensa reaccionaria, de derecha, troglodita y que se devora a los revolucionarios, habría que preguntarse si la actitud de pleno respeto a los medios y aceptar su rol fiscalizador y de permanente crítica, es fruto de la convicción democrática o tan sólo un intermezzo, el compás de espera hasta contar con medios propios e incondicionales como sucede en los regímenes de fuerza donde la prensa es parte del aparato de sometimiento a la ciudadanía y sus instituciones. Se dan los casos opuestos en Chile, Costa Rica y Argentina cuyas leyes consagran el principio de libre acceso a la información pública. Los medios de comunicación son reflejos y contribuyen a formar opinión pública, por tanto las percepciones que se tengan sobre democracia y desarrollo económico están en directa relación con lo que ellos informen, necesitando de una amplia libertad de expresión que se constituye en una de las bases más firmes para la vigencia democrática.
El estudio que hemos citado menciona que si la democracia perdura como sistema de organización y participación política y logra superar las barreras críticas, entonces el crecimiento económico y la victoria sobre la pobreza serán una realidad, si por el contrario se produce una regresión de ambos procesos, sobrevendría la multiplicación de la miseria, la opresión sobre la disicencia, los nuevos fracasos políticos ante promesas incumplidas.
La lógica del poder no incluye la libertad de prensa que no es favor de ningún funcionario, se trata de un derecho básico que no es fácil ejercitarlo, requiere del diario ejercicio de informar, opinar, confrontar unas ideas con otras, siempre con apego a la verdad, se opone a la dominación, a la hegemonía a la tentación del control absoluto, sin olvidar que las empresas periodísticas buscan el lucro que podrá ser legítimo mientras observen las reglas de juego y de ética imprescindibles informando con objetividad y confiabilidad para no sufrir el castigo del lector, del oyente o televidente que elige premia y castiga, vota todos los días sin parar.
Recordar el art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión que incluye no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión" La opinión pública debe cerrar filas en su apoyo al periodismo libre y no debe transigir con las restricciones que impone, a menudo, por vías directas o indirectas, el poder político. No debemos olvidar que la libertad, en definitiva, es una sola. Y que toda imposición autoritaria contra el periodismo encubre, siempre, un ataque a la democracia y una pretensión de controlar y hasta anular los derechos de los ciudadanos. Sin prensa libre no hay democracia y, finalmente, tampoco hay ciudadanos. (La Nación.Bs.As.3.05.07)
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