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jueves, 28 de julio de 2016

siendo perverso, odiador, revanchista, ambicioso y mandón, no se puede aspirar a ser Presidente. un Presidente tiene que ser justo, probo, magnánimo, conocido por su apego a la Justicia y el Derecho. cuán lejos está nuestro "fallido presidente" de aspirar por la recta a la confianza del pueblo.

Cualidades de un Presidente

Mauricio Aira


Con Evo Morales han ocurrido dos cosas. Sus llunkus le han escrito libros de homenaje como el Ministro Arze, “el mejor presidente de Bolivia” y existen al menos 5 biografías subvencionadas por el Ministerio de Comunicación y el de Culturas, de distribución gratuita y que se usan inclusive como textos oficiales, de adquisición obligada en escuelas, cuarteles y colegios, libros llenos de mentiras, de mitos creados en torno a la figura del “primer presidente indígena de Bolivia” y que inclusive se ha traducido a los idiomas originarios y con fines propagandísticos al chino, al ruso y al inglés.
Lo otro es que existen publicaciones que denigran la figura de Evo Morales, libros folletos, espacios en el mundo cibernético dedicados a desinformar, a menospreciar y poner en ridículo la imagen del orinoqueño,   que en diez años de permanencia en el poder, se apoderó mediante testaferros o palos blancos de la mayoría de los medios, a los que recurre regularmente para trasmitir partidos de fulbito en los que el equipo presidencial siempre gana y el presidente siempre “mete goles”.
En cuando a los escribientes los hay aquellos que agotaron todos los adjetivos de alabanza y cantaron los panegíricos posibles, y los otros que sujetando la pluma con firmeza describen los defectos, las fallas del Presidente, y los repetidos errores políticos entre los que hay que incluir crímenes, prisión, confinamiento y otros castigos que aplica implacable sobre “sus enemigos”, pero ¿tiene el presidente “amigos”?
Una buena pregunta cuando al inicio de su tercer o cuarto periodo de gobierno, se prepara una campaña, mega millonaria para retomar el Gobierno y en tiempos de inventario de sus “barbaridades” que sus oponentes están pergeñando. Cuán lejos está Evo Morales de conocer los verdaderos deseos del pueblo, de sus sueños y necesidades. De cumplir lo prometido. De tener firmes conocimientos de la economía. De pensar en el corto, mediano y largo plazo, no sólo en el tiempo que marca el calendario de su mandato formal.
Ciencia política analiza las cualidades de aspirantes  a la Presidente de EEUU, cita a los grandes como Washington y Lincoln, Jefferson, Jackson, Roosevelt, Wilson, a los fallidos como Richard Nixon o Ulises Grant. ¿Qué cosas distinguen a unos de otros? ¿Qué calidad se exige para figurar en la historia como un gran presidente? Estudiosos marcan seis rasgos mínimos. Buen comunicador, capaz de convencer, con eficacia tanto a líderes como a simples ciudadanos. Seducir con palabras y obras.
Debe tener gran capacidad organizativa para administrar un Estado complejo, con miles de funcionarios, en una extensa geografía, ser efectivo y servicial, poseer carácter para realizar ajustes también en períodos de toda suerte de crisis y dificultades.
Capaz de brindar claridad a sus medidas de Gobierno buscando y logrando los acuerdos imprescindibles en una muestra de su liderazgo. Capaz de negociar frente a periodistas, académicos, empresarios, sindicatos y defensores de los Derechos Humanos, también en el plano internacional. Saber escuchar y responder a los planteamientos con ideas pertinentes y claridad, capaz de correr todo el tiempo, porque un período presidencial pasa pronto, no detenerse evitando demoras y extravíos que retrasen la marcha del Estado.
Sin rumbo navegan los malos presidentes, apagando fuegos sin fin, sin ruta fija, sin identificar la continuidad de una estrategia conocida y estudiada. Cuán importante es “saber procesar la información que llueve a cántaros, separar el grano de la paja, escuchar y leer sin pausa, digerir lo necesario para la toma de decisiones.
La informática y el torrente de estímulos que se descargan en el Ejecutivo, por lo que se ha creado una cualidad imprescindible “el control intelectual del Presidente”, sin despotricar en público y midiendo siempre sus actos, con una presencia pública calculadamente responsable.
En el caso bolivianos “mal de muchos, consuelo de tontos” ha sido la disculpa manida y “yo no fui, ha sido el otro” para sacudirse de culpa transfiriendo el pecado a un opositor, a un comunicador, a un letrado, a un colega, al de más arriba, al de más abajo” esta conducta ha inspirado desconfianza y el elector aprendió “por quién no debe votar”.
Aptitudes morales, facultades mentales y convicciones intelectuales se requieren en los candidatos. Basta de experimentar y de aprender a conocer cuando cometen errores, es que las palabras “virtud, honestidad y transparencia” no están en el lenguaje de cada día. Por ello vemos cómo marcha todo y nos lamentamos de errores que cuestan vidas humanas, muchísimo dinero y la fama y el prestigio de los que nunca más volverán a gobernar nuestra Bolivia.


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