Avanza más rápido de lo previsto el deterioro de los regímenes populistas que hasta no hace mucho estaban en la cresta de la ola en Sudamérica. En Venezuela acaba de publicarse una encuesta que indica que el 63 por ciento de los ciudadanos está a favor de que el presidente Nicolás Maduro abandone el poder cuanto antes.
En Brasil, el tema no es de percepción ni de sondeos, sino de hechos, pues allá la justicia pone en jaque a los máximos líderes del gobierno, incluyendo al todopoderoso Lula Da Silva, quien confesó su miedo a terminar en la cárcel. La revista Veja acaba de publicar un reportaje que refleja ese temor, traducido en un plan secreto para fugarse del país y refugiarse en Italia.
Si bien Dilma Rousseff asegura que no renunciará, su vicepresidente, Michel Temer, no puede afirmar lo mismo y ya se prepara para gobernar ante el desbande que se está produciendo en el oficialista Partido de los Trabajadores. Solo espera lograr la unanimidad para dejar aislados a la presidente y su entorno. En Ecuador, la situación se pone cada vez más crítica por la crisis petrolera que afecta los ingresos y como siempre, en Bolivia el régimen sigue afirmando que se encuentra blindado. Así decían con la economía y veremos qué pasa con la política. Las últimas encuestas de popularidad no son nada alentadoras.
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