La falta de una declaración clara de parte de los primeros mandatarios reconociendo el rechazo mayoritario de la población a reformar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado ha generado, como no podía ser de otra manera, profundas susceptibilidades y desconfianzas. Más aún si otras autoridades de los Órganos Ejecutivo y Legislativo, así como dirigentes del MAS y de organizaciones afines a este partido, más bien han tratado de relativizar ese resultado.
En ese contexto de incertidumbre, el Primer Mandatario hizo una referencia a una “segunda etapa” de la gestión de gobierno que él preside desde 2006. En principio, esta figura retórica, precisamente debido a esas susceptibilidades y desconfianzas, se interpretó como una sutil advertencia de que no estaría nada decidido sobre su repostulación. Y tal fue la reacción, que tuvo que explicarse mejor y aclarar que la segunda etapa de este proceso comenzará en 2020 cuando, se entiende, el MAS y sus organizaciones afines, postulando a otras personalidades a la Presidencia y Vicepresidencia del Estado, puedan mantenerse en el poder.
Es de esperar que esa sea, en forma definitiva, la posición oficial de las autoridades y del MAS, y la asuma con transparencia su dirigencia. Si es así, se eliminará un importante foco de incertidumbre y, además, las autoridades podrán dejar de hacer por un tiempo campaña y dedicar sus mayores esfuerzos a la administración del Estado, pues se siente que ha sido abandonada.
Además, esta declaración también puede servir para que en las diversas expresiones de oposición se atienda la demanda ciudadana de renovación política y, sobre todo, se asuma la responsabilidad de hacer más política y menos “memes”.
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