que el mayor Ormachea era palo grueso dentro de la administración pública y que la banda de extorsionadores, cuyos miembros están detenidos, trabajaban a órdenes de varios ministerios. Los mandamases siempre hallaron la manera de desprenderse de sus responsabilidades con argumentos como “ruptura de cadena de mando”, “yo no fui” y otras excusas que superaron ampliamente al ya clásico “errores y no delitos”.
Las autoridades se han lanzado a una cacería de agentes gubernamentales ligados a la “dama de azul”, con el fin de demostrar que la señora actuó sola, con la ayuda de empleados de tercer y cuarto nivel, mientras que algunos voceros lanzan versiones cada vez más ridículas. Precisamente, hablando de algunos hechos y frases históricas, hay otra que corresponde al exdirigente mirista Óscar Eid: “jodidos estamos”.
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