Matonaje de Evo
El Presidente indígena boliviano está actualizando una vieja tara del subdesarrollo boliviano: el matonaje, verbal y físico. Matonaje con el voto y con organizaciones paramilitares armadas.Como consecuencia de siglos de humillación social e injusticia económica, el matonaje fue un recurso de poderosos dictadores, como Melgarejo en el siglo XIX y Banzer y García Meza en el siglo XX. Las poblaciones autóctonas, las masas de oprimidos, también recurrieron al matonaje como recurso desesperado de presión.Evo Morales hizo su lucha de dirigente sindical cocalero apelando a una forma fácil de matonaje: el bloqueo de caminos, una forma de presión que perjudica al Gobierno y a la población civil, especialmente la económicamente productiva. Lo paradójico es que los empobrecidos de hoy, que son mucho más en esta gestión, ahora presionan al Gobierno de Morales bloqueando caminos, el recurso favorito de Evo cuando era dirigente cocalero.Otra forma de abuso y matonaje fue –en las dictaduras– la creación de grupos paramilitares. El entorno de Morales y su partido, el MAS, está formado por grupos de ex paramilitares y ex terroristas, como su influyente Vicepresidente. Evo incita el odio étnico, el país se divide y se pierde la oportunidad de sacar ventaja de los precios globales del gas. Evo está más preocupado por manipular el referéndum del 10 de agosto montando un gran fraude con las cédulas de identidad y el sistema de conteo, por consejo y cooperación solapada de Hugo Chávez, que abusó del voto para ‘legalizar’ su dictadura, aprovechando la ‘gimnasia electoralista’ y la escasa cultura política de sectores venezolanos opuestos a su Gobierno. Morales, en Bolivia, quiere repetir el experimento. Chávez puede hacerlo, porque tiene la fuerza de los ‘petrodólares’. Morales tiene el siniestro respaldo de la producción y explotación ilegal de la hoja de coca, y también de los ‘petrodólares’ que le pasa Chávez… y que él distribuye bajo la mesa, entre militares y civiles. Así funciona el matonaje del voto.
* Periodista y escritor boliviano, Premio Nacional de Periodismo 2006,
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