Se trata de principios que ayer, hoy y mañana deben guiar al periodismo independiente, sólo comprometido con la búsqueda leal de la verdad
El 16 de septiembre de 1943 salió el primer número de Los Tiempos. No se trató de la edición de un periódico más en el país, sino de un proyecto de largo plazo pues sus creadores asumieron la decisión de editar un periódico moderno, al margen de banderías sectarias y convencidos de que sólo los hombres y mujeres debidamente informados pueden ejercer su papel de ciudadanos comprometidos con los destinos de la región y el país.
Muestra de esa visión son los 14 principios que Demetrio Canelas estableció como guía del trabajo periodístico al servicio de la comunidad y que en una ocasión como ésta y en homenaje a nuestros fundadores, queremos recordar, ratificando el compromiso de quienes trabajamos en Los Tiempos de cumplirlos:
“1. La parte trascendental de la vida no está en lo que uno piensa sino en los hechos cotidianos que acontecen.
2. Ilustrar y documentar la conciencia pública antes que asumir el papel de conversor y catequista.
3. Llevar a los lectores informaciones seleccionadas con asiduidad y honestidad profesional para habilitarles a formar sobre los hechos ocurrentes su propio criterio sobre la base del conocimiento de la verdad.
4. Un público bien informado es la mejor defensa para la moral y el orden político.
5. La palabra independiente tiene un sentido que sugiere cierta doblez calculada, cierta ausencia de determinación conciencial para estar al alcance de toda conveniencia. Éste es un diario libre, lo que es algo diferente.
6. No importa la tendencia política que tenga un periodista; lo único que tiene que hacer aquí es colgarla en el perchero, antes de empezar a escribir.
7. Escribo, ante todo, porque sí. Escribo sin animadversión para nadie, pero también me es preciso confesarlo, sin amor para nadie.
8. Contribuir, desde una esfera neutral, a la acción progresiva del periodismo.
9. No propiciar en la palestra ningún interés banderizo ni consigna ni fórmula preconcebida.
10. Alejarse tanto de las exacerbaciones tenaces de la oposición como de las complacencias del periodismo disciplinado.
11. No secundar las contiendas estériles y odiosas ni favorecer las obcecaciones del proselitismo inconsciente, en vez de infundir en las masas ideas de buen sentido y sabiduría práctica.
12. Libres de prejuicios y de vinculaciones que embarazan y tuercen el criterio, seguir y apreciar los hechos de la vida nacional, serena e imparcialmente.
13. Para cumplir con honradez los deberes democráticos, no es necesario acogerse a ninguna tendencia exclusiva y disociadora. El interés de la nación se contempla mejor desde un punto de mira alejado de las contiendas activas, en las que la obstinación apasionada obscurece el sentido práctico que debe informar todos los actos humanos.
14. Nosotros tenemos fe en el porvenir y en el progreso de Bolivia, por obra del trabajo y de la industria. Creemos que este país será libre y fuerte, en su régimen administrativo y en su carácter de entidad internacional, solamente cuando la acción de sus hombres dirigentes y las energías de las masas sean encaminadas con inteligencia y decisión por el sendero de la vida moderna, cuyo evangelio es la riqueza”.
Se trata de principios que ayer, hoy y mañana deben guiar al periodismo independiente, sólo comprometido con la búsqueda leal de la verdad.
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