AJUSTARSE LOS CINTURONES A TODO VAPOR
Karen Arauz
La exaltación casi mística que está experimentando
la casi totalidad del gobierno, (a excepción de los que no entienden mucho pero
igual se alocan) ante la perspectiva de apoderarse "for ever" de este
país, tiene a la población boliviana en una dinámica montaña rusa de esas que
desbaratan las entrañas del más consistente.
Apenas llegamos al año de la triple re elección de
Evo Morales, que ya la administración pública es un panal de abejas en ebullición.
La súbita urgencia por definir con al menos cuatro años de anticipación el usufructo del poder por todos los tiempos por
venir, no deja de plantear interrogantes. Se está especulando dentro de una
gama completa de posibilidades, buscando una explicación de la urgencia que
tenga algún sentido
Es obvio que una de las que cuenta con mayor
número de suscritos, es la más fácil de comprender y la que no necesita mayor
elucubraciones: habría que estar loco para no intentar mantenerse en lo que
representa el sumun del "vivir bien". Porque, ¿quién puede negar que
los hoy administradores del Estado, son históricamente y por lejos, los más
duchos en gozar consistentemente de "las mieles del poder"? ¿Acaso no han creado por diez años las
condiciones casi perfectas? A ver. La iniciativa para reformar la Constitución
largará en la Asamblea (donde en virtud a la falta de visión de la oposición
que ayudó al logro de los dos tercios para el MAS) , es pan comido.
La consulta al Tribunal Constitucional, por las
actuales condiciones, hace mejor no ahondar en su independencia además de los
torniquetes que no se aflojan, con una persistencia digna de ser aludida. Aunque
claro, es un esfuerzo digno de una mejor
causa, como podría ser -utópicamente- el estricto cumplimiento a las leyes y a
los principios democráticos.
El Referéndum, -el tercer paso y que debiera ser
donde resida la mayor oportunidad para los contrarios a la perpetuación
caudillesca-, tiene un as aunque no bajo la manga, que es la composición del
Tribunal Electoral. Con la sutileza que es característica de los nombramientos
claves desde hace una década, ni se molestaron en fingir una leve posibilidad que éste no sea,
por antonomasia, el órgano que mayor funcionalidad brinda a los planes de
perpetuación. Se han asegurado que el padrón electoral -que se asemeja al
registro de un cementerio de varias
décadas- no vaya a sufrir ningún tipo de alteración considerando lo eficaz que
ha resultado en las múltiples elecciones pasadas.
Y por supuesto, la elaboración de las preguntas
elaboradas para que todos marchen masivamente en seguimiento del flautista de
las estrategias envolventes, será tema de probablemente estériles posiciones
opositoras. Olvídense, será una sola pregunta que es una celada. Algo similar a
una encuesta de supermercado: "si marca sí, rebajarán los precios de la
carne, la leche, el pan, los huevos, y subirán los berberechos". La opción
es obvia. ¿Qué rayos son los berberechos? Que encarezcan claro, a quien le
importa. Lo referido a la re al cuadrado o definitiva elección, será mimetizarla en una sola respuesta como un
berberecho en el mar. Comúnmente se dice que hecha la ley, hecha la trampa. Acá
no funciona así. Se hace la trampa , después se dibuja una norma lucrativa que además, brinde una
coartada pseudo legal.
Mientras los "movimientos sociales"
toman con gran espíritu folklórico-deportivo esta nueva aventura tan
entretenida que además les posibilita mantener los altos niveles de ingresos
campañeros, los dirigentes de la
oposición formal, aparentemente, están cavilando y meditando cuál sería la manera óptima por donde conducir
a la perpleja población.
Otra corriente de opinión, más sofisticada para
los unos y los otros, es la referida a que las vacas flacas están en camino y
antes de que la gente sienta en su bolsillo la soledad de unas cuantas
moneditas, mejor será tener todo amarrado. En este contexto, más vale que otra
vez, el INE les haga la gauchada para
que se pague el segundo aguinaldo. El próximo año, ya ni el INE servirá.
Tampoco importará. Como es innegable la aptitud gubernamental para las
bravuconadas y las fintas intimidantes, no es tan descabellado pensar que ésa
sea la estrategia. Esa parada de gallos de riña hasta ahora les ha surtido
efecto. Y no hay ninguna razón para cambiarla.
Se oyen, por ahora tímidamente, una serie de
iniciativas tendientes a frenar el embate oficialista. Desde la creación de una
"organización social opositora", en el entendido que sería un
conglomerado comunitario con alguna posibilidad, hasta la frenética firma de
miles de libros sellados por el TSE (para darle legalidad) que llegue al 20%
del padrón, oponiéndose a la maquinación oficialista. Las manifestaciones
públicas tipo Guatemala no se programan. Pero surgen.
La arritmia entre el Presidente que quiere que los
demás se ajusten los cinturones y el ministro Arce y su lela sonrisa, que como
fogonero antiguo habla de una economía "a todo vapor", se abre un resquicio
a la esperanza de que esa arritmia, derive en un síncope masivo. Posiblemente
los más despilfarradores se vean obligados a ceñirse el cinturón, pero
alrededor de su propio cuello.
Karen Arauz
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