Con mantas y polleras nuevas, llegó a nuestra mesa de redacción la periodista Macacha viuda de Racacha, convertida en la “fan” número uno del Presidente Vitalicio de nuestro estado Monárquico, Plurinacional y Folklórico, anunciándome el cumpleaños real que coincide con la visita del mandamás a Nueva York que para muchos es la Capital del Mundo.
Como yo –debido a mi avanzada edad– prefiero ocultar la fecha de mi nacimiento, no pude menos que sentir envidia de nuestro personaje que celebrará su nuevo onomástico con sus amigotes y colaboradores en el famoso Hotel “Four Seasons”, uno de los más caros en La Gran Manzana. Es que el orureño nacido en Orinoca parece ser un mimado de la suerte, aparte de tener cierto talento.
Después de recordarme que ella es acreedora a un segundo aguinaldo y ya debo preocuparme por encontrar su financiamiento, la cholita me propuso entablar relaciones con el Financial Times, entidad británica que hoy financia el encuentro de nuestro Presidente con capitalistas norteamericanos que podrían ayudar a Bolivia emprendiendo nuevos negocios con dos enemigos del capitalismo como declaran ser Evo Morales y Álvaro García Linera.
“Es que la necesidad tiene cara de hereje”, me recordó la cholita cochabambina, dándome a entender que se nos vienen terribles días de crisis, donde podrían naufragar ilusionados planes de progreso y desarrollo.
La cochalita que tiene hasta el teléfono personal del papa Francisco, consiguió comunicarse con el exclusivo hotel “Four Seasons” para felicitar al Presidente boliviano el día de su cumpleaños, produciéndose un diálogo como el siguiente:
– Buenos días, señor Presidente, habla usted con la cholita periodista acreditada en el Palacio, quien desea felicitarlo por su cumpleaños… Happy Birthday, Mister President.
– Muchas gracias, cholita, te cuento que en este momento estoy rodeado de capitalistas perversos, pero la vida nos obliga a veces a tragar sapos. Ya te contaré cuando vuelva al Palacio del Sillpancho, gracias por llamarme… gudbay y que te vaya okey.
Feliz por haber hablado con su admirado presidente, la cholita cochabambina nacida en Quillacollo trató de explicarme las veleidades de los políticos para poder llegar a sus objetivos y yo la escuché pacientemente, porque en mis largos años vividos he aprendido que “nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira…” La cochalita me miró y al contemplar sus chaskañawis vi en ellos limpieza y sinceridad y reafirmamos nuestro propósito de continuar haciendo periodismo a mi manera, como diría Frank Sinatra, el abuelo de los ojos azules.
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