La derecha siembra, la izquierda cosecha”, es una vieja frase que resume la historia de los ciclos políticos que se dan sobre todo en países en vías de madurez, porque las “vías de desarrollo” están muy lejos. Suelen decir también que “la derecha pone orden” y “la izquierda fabrica el caos”, que “la derecha produce y la izquierda derrocha” y muchos otros conceptos que resumen este ir y venir de actos fallidos, avances y retrocesos en nuestros países.
Todos pueden tener algo de cierto, pero no es verdad que la izquierda no siembre y para demostrarlo solo hace falta ver lo que ocurrió en algunas gestiones oficialistas como la Gobernación de Tarija o el Municipio de La Guardia, donde los funcionarios salientes, sacados por el voto popular, han dejado deudas a montones que serán muy difíciles de enfrentar, pero que sin duda alguna las tendrá que pagar el pueblo con su pobreza y sus necesidades insatisfechas. Eso es sembrar.
Fue la triste herencia que nos dejó la izquierda de la UDP, que volvió 23 años después con nuevos bríos, no solo a cosechar lo sembrado por el “sucio neoliberalismo republicano”, sino a abonar el terreno de la miseria y el descontento que los izquierdistas suelen capitalizar muy bien cada cierto tiempo. Y para hablar concretamente, ese crédito chino que acaba de anunciar el Gobierno es precisamente parte de la herencia que tendremos que cargar, pero que en su momento les servirá a los demagogos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario