Dirigentes del Movimiento Sin Tierra (MST) de Bolivia quemaron hoy una bandera de Chile en la plaza de Armas de La Paz en rechazo al proyecto de acuerdo sobre las aguas del Silala que pretenden firmar los gobiernos de ambos países.
Vladimir Machicado, dirigente del MST, dijo a la prensa que el acto muestra su rechazo al preacuerdo que, a su juicio, "va en contra de la Constitución", promulgada en febrero pasado por el presidente Evo Morales.
"Jamás vamos a entregar a los chilenos nuestras aguas del Silala", dijo el sindicalista, tras quemar la bandera en la Plaza Murillo, donde se encuentran los Palacios de Gobierno y el Congreso.
Machicado sostuvo que esta es una respuesta al "robo y quema" de banderas y territorio boliviano por parte del Ejército de Chile, en la guerra del Pacífico (1879), en la que Bolivia perdió su litoral.
El proyecto de acuerdo establece que las empresas chilenas que usan las aguas deben pagar a Bolivia por un 50% del consumo, hasta que estudios determinen si es un río internacional, como defiende Chile, o un manantial, como aseguran las autoridades bolivianas.
El Silala está situado en el departamento de Potosí, cerca de la frontera con el norte de Chile, a donde fluyen sus aguas por medio de canales construidos artificialmente hace cien años.
El Gobierno de Morales ha sido criticado por el proyecto de acuerdo por parte de dirigentes sociales, el ex presidente Carlos Mesa, además de diplomáticos de ex gobiernos, porque consideran que el documento es favorable a Chile.
Morales dijo el fin de semana que el preacuerdo alcanzado con Chile sobre el uso de las aguas fronterizas del Silala no es definitivo, pero también advirtió que si no se firma un convenio las aguas seguirán fluyendo a ese país sin cobrar ninguna compensación.
El vicepresidente del país, Álvaro García Linera, se reunirá hoy con organizaciones de Potosí que se oponen a la firma del convenio si Chile no reconoce la deuda histórica por el uso de esas aguas desde 1908.
La oposición que controla el Senado anunció que en los próximos días convocará a una interpelación al canciller, David Choquehuanca, porque supuestamente se están violando los derechos del Estado y la "soberanía nacional".
"Consumar este acto será una grandísima traición al país y a la historia de nuestra patria. Entregar las aguas del Silala equivale a renunciar a nuestra reintegración marítima en el Pacífico", defendió el senador opositor Luis Vásquez.
La controversia sobre el Silala es uno de los trece puntos de la agenda bilateral que desde el 2006 discuten ambos Gobiernos y que incluye la demanda boliviana de conseguir la restitución de la salida al Pacífico perdida en la guerra en el siglo XIX.
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