Manuel Freytas es sin duda un profundo observador de las movidas del ajedrez mundial. Hoy les ofrecemos la primera parte de su más reciente producción relacionada con lo que está ocurriendo en Cisjordania y Líbano: Poco a poco se van armando las piezas del "rompecabezas terrorista" que el eje sionista EEUU-Israel-Unión Europea está preparando en Líbano y en Gaza, los dos puntos del Medio Oriente donde su estrategia de ocupación ha sufrido derrotas estrepitosas, a manos de Hezbolá en julio-agosto pasados, y a manos de Hamás, que hace dos semanas expulsó al aparato colaboracionista de Abbas y Al Fatah de Gaza.
Con el "terrorismo" como detonante (y metodología operativa) ahora intentan aplicar en Líbano su clásica estrategia de la "guerra civil" para enfrentar militarmente (y desgastar) a Hezbolá con los sectores "antisirios" pro-sionistas, crear un estado de "anarquía y caos", y desde allí proceder a su aislamiento internacional y a la instalación de una fuerza internacional con poder de fuego para controlar y desarmar el aparato político militar de la organización de resistencia libanesa.
En Gaza, donde perdieron el control militar y político, iniciaron una operación de aislamiento y bloqueo económico contra Hamás, con el propósito de crear también las condiciones de "anarquía y caos" que justifique el despliegue de una fuerza internacional con poder de fuego para desarmar y controlar el aparato militar de Hamás y de las organizaciones de resistencia a Israel.
En resumen, se trata en los dos casos, Líbano y Gaza, de conseguir el objetivo (destrucción de Hamás y Hezbolá) que el eje sionista, con Israel como ejecutor, intentó con las fracasadas invasiones militares casi simultáneas a Gaza (el 26 de junio de 2006) y a Líbano (el 12 de julio de 2006), que terminaron con la "supremacía militar" de la potencia judía en Medio Oriente y llevaron a su gobierno a una crisis política terminal.
Luego de expulsar a la infantería y a los tanques de Israel de sus posiciones en el sur de Líbano (donde la aviación judía masacró a más de 1.300 civiles) , en agosto pasado, Hezbolá quedó victoriosa y con su estructura militar preservada, además del consenso y del poder político ganado tanto en Líbano como en el resto del mundo árabe.
En Gaza, tras fracasar con la invasión y masacre lanzada en junio (donde fueron asesinados más de 400 palestinos), el eje sionista se concentró en la instalación de una "guerra civil" entre Hamás y el aparato militar Al Fatah (armado y controlado por el sionismo), que fracasó estrepitosamente cuando Abbas y su fuerza fueron derrotados y forzados a huir a Cisjordania.
Sin sus centrales operativas dentro de Gaza, y con el gobierno de Siniora (la réplica de Abbas en Líbano) acorralado por la crisis y las movilizaciones masivas lideradas por Hezbolá pidiendo su renuncia, el eje sionista ha perdido el control sobre los dos enclaves islámicos más importantes de su "retaguardia" en Medio Oriente.
Sin el control total en Líbano y Palestina, se dificultan y complican las agendas militares del Pentágono con Irán y Siria, ya que un ataque a esos países (como está planificado) precipitaría una ola encadenada de "reacción islámica" que tendría su epicentro en Líbano, Gaza e Irak.
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