Dar Jamail es un periodista independiente que escribe desde el Irak hace muchos años. Sus despachos son reproducidos en el mundo entero por su fiabilidad, la confiabilidad de información que ofrece. Hoy les ofrecemos la parte Uno de su última crónica publicada primicialmente por La Haine.
En primer lugar, es importante que la gente conozca cifras para hacerse una idea de la magnitud de la crisis. La oficina del UNHCR [Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados] estima que entre un millón y un millón doscientos mil iraquíes están en Siria, pero Sybella Wilkes responsable regional de comunicación del UNHCR, dice que la cifra real está más cerca de la facilitada por el gobierno sirio, dado que el UNHCR no tiene ni dinero ni personal para situar a alguien en la frontera que lleve la cuenta.
Según las informaciones de la frontera siria, los iraquíes que se encuentran en Siria oscilan entre 1.400.000 y 1.500.000. Pero, incluso aunque tomemos las cifras más conservadoras, de lo que se trata es de que los iraquíes en estos momentos constituyen aproximadamente el 8 por ciento de la población siria.
En el interior de Iraq, hay otras 1.900.000 personas desplazadas, según el UNHCR. En Jordania, más de 800.000 en su estimación más moderada. Otros 150.000 están en Líbano, 150.000 más en Egipto y no sabemos cuántos habrá en Irán, ni en Kuwait ni en Arabia Saudí.
Cuando acabe el día, alrededor de uno de cada seis iraquíes habrá tenido que huir de su casa debido a la violencia sembrada por la ocupación. Se trata del mayor éxodo en Oriente Próximo desde la constitución del Estado de Israel en Palestina el año 1948, y crece día a día.
Naciones Unidas la considera la crisis de refugiados de más rápido crecimiento del planeta. Ciñéndonos exclusivamente a Siria, de lo que estamos hablando es de que aproximadamente 50.000 personas llegan semanalmente a la frontera.
Pero tan importante como las cifras es lo que significa para Siria. Siria es un país que tenía alrededor de un 25 % de paro antes de que empezara la crisis, y ahora se han incorporado a su economía entre un millón y un millón y medio de personas más. A los iraquíes no se les permite trabajar, si bien han sido bien acogidos en Siria y no van a ser expulsados, no se les permite trabajar.
De manera que los iraquíes inundan zonas ya muy empobrecidas y alquilan cualquier vivienda que puedan encontrar ( en la actualidad existe una gran escasez de vivienda), mientras los precios se han disparado debido a esta afluencia de gente. La gente llega desesperada, y precisa de un lugar para alojar a su familia, lo que da lugar a que los propietarios pidan precios exorbitantes por el alquiler de una vivienda, y ellos lo pagan. Es la típica situación en la que mucha gente se aprovecha de la desesperación de otros para ganar dinero.
La preocupación de los iraquíes, del gobierno de Siria y del UNHCR es cuánto tiempo podrá aguantar Siria una situación como ésta ya que se trata de un país pobre, pequeño y sin recursos.
El UNHCR ha conseguido en 2007 un aumento de aproximadamente 15 millones de dólares para abordar esta crisis, pero ello supone sólo 13 $ por refugiado iraquí, y sin incluir en el reparto los gastos generales del propio organismo.
En fin, que la gente hace cola ante las sedes del UNHCR para conseguir citas e intentar obtener ayuda y, en estos momentos, la espera es de seis meses. Ese es el plazo mínimo en la actualidad, plazo que se va incrementando mes a mes. Lo normal era que pudiesen conseguir la cita el mismo día, después se prolongó a un mes, a dos meses, a cuatro meses y ahora es de seis meses. Y, desde luego, va a seguir aumentando.
El UNCHR está completamente desbordado. No tienen suficiente dinero ni suficiente personal. Hacen todo lo que pueden pero se trata de una situación en la que, por supuesto, tienen un presupuesto escaso y la crisis se agudiza.
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