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sábado, 22 de agosto de 2015

la nueva Chaparina se llama Yateirenda aclara El Deber y en pocas líneas no deja dudas acerca del trato violento que el Gobierno de Evo repite en contra de los originarios a los que dice representar. tenemos que agradecer a El Deber por esta histórica puntualización testimonio del abuso de policías siguiendo directivas del Gobierno del MAS, por supuesto

En septiembre se cumplirán cuatro años de la represión policial en Chaparina contra los marchistas defensores del Tipnis frente a la anunciada construcción de una carretera penetrando el área protegida y afectando el medioambiente. Aquella vez, las tropas arremetieron contra hombres, mujeres y niños, que fueron gasificados, apaleados, enmanillados y amordazados. Hasta ahora no se sabe quién dio la orden represiva. Públicamente, el vicepresidente del Estado dijo saberlo, pero luego optó por quedarse callado. Hubo una ‘ruptura’ en la cadena de mando, se dijo entonces. Además de las tropas, también fue desplazada al lugar una flota de aviones y buses para el traslado de los detenidos, aunque sin destino conocido. Dicha movilización, sin que nadie diera cuenta de ello ni hubiese asumido su responsabilidad, solo puede atribuirse a un Estado fallido o es el resultado de una profunda crisis de honestidad.

Una nueva y violenta intervención policial acaba de registrarse esta vez en Yateirenda, en el Chaco cruceño, donde unos 400 uniformados bien pertrechados desalojaron a indígenas guaraníes que bloqueaban la ruta a Argentina, demandando una consulta previa para la búsqueda de hidrocarburos en su Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Takovo Mora. La demanda es considerada ilegal por el Gobierno, que insiste en que los trabajos exploratorios se cumplen en predios privados de la zona, mientras que YPFB denuncia que la citada TCO ha malversado parte de los fondos de compensación.
Después de desbloquear la carretera, los policías entraron a Yateirenda allanando viviendas, pateando y rompiendo puertas a la caza de los bloqueadores. En medio de la refriega y del llanto desesperado de mujeres y niños, incluso cayeron detenidos menores de edad. Imágenes de televisión mostraron a algunos policías golpeando a los campesinos que habían sido capturados. El Ministerio de Gobierno afirmó que no hubo abusos y que el operativo policial fue realizado “de manera proporcional y preventiva con el uso racional de agentes químicos como elemento de disuasión”. La oposición ha exigido aclarar quién ordenó la violenta intervención policial en Yateirenda, mientras que el Gobierno pidió no ‘politizar’ el conflicto.

Entre Chaparina y Yateirenda, el matiz vinculante es la violencia perturbadora del clima de paz social que requiere el país. En vez de la búsqueda de soluciones pacíficas a través del diálogo, la peor receta es el uso desmedido de la fuerza contra individuos que sienten avasallados sus derechos constitucionales. Es algo reprochable desde todo punto de vista

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