En la última década, el régimen gobernante boliviano hizo todo lo posible para parecerse a la denominada revolución bolivariana que inició Hugo Chávez y que ahora está en manos de Nicolás Maduro.
Sin embargo, desde que en Venezuela comenzó a escasear el agua, la leche y el papel higiénico, los portavoces del Gobierno nacional hacen esfuerzos para convencer de que no vamos por el mismo camino, pues en teoría estamos blindados. Ya se ha podido comprobar que eso no es cierto y aunque sigan comprando alfombras (Maduro lo sigue haciendo), la escasez de dinero comienza a crear problemas en la administración.
También existen indicadores de que el “blindaje político” no es tan fuerte como en el pasado y de continuar las cosas como pintan, el “proceso de cambio” terminará acosado como lo está hoy el chavismo, que no tuvo más remedio que encarcelar al principal opositor para meter miedo en la población. El próximo 3 de noviembre se realizará la audiencia cautelar de Samuel Doria Medina, quien tiene orden de aprehensión de la Fiscalía. Ese día veremos si seguimos en el mismo camino de Venezuela.
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