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martes, 22 de noviembre de 2016

cuando el actual signo debería ser de austeridad y templanza los mandatarios se jactan de riqueza, de opulencia, de fastuosidad, con "los nuevos ricos" tan pretenciosos que dos millones de dólares de multa por malos negocios con Argentina o un millón en pagar el turismo de los "masistas" les parece una picoca, una bagatela. LTD

La danza de los millones que ha administrado la actual gestión de Gobierno ha provocado una peligrosa cuanto desagradable actitud de nuevo rico en muchas de nuestras autoridades que se hace más patente a medida que la percepción de crisis económica se va apoderando de la gente.

Así resulta hasta insultante sostener que poco más de 2 millones de dólares que se ha tenido que pagar a Argentina por incumplimiento del volumen de gas que exportamos a esa nación es poco menos que una pipoca o que el pago de poco más de 1 millón de dólares para solventar pasajes y viáticos a dirigentes de organizaciones sociales afines al Gobierno que viajan al exterior es una cifra reducida.

De igual manera, responder que no se escuchará a las voces que se oponen, con argumentos y en forma legal al proyecto de El Bala, y que más bien se construirán las represas que el Gobierno crea necesarias, es otra muestra de arrogancia con tufo de nuevo Rico.

Y el país ni la gente merecen que esa actitud se apodere de quienes administran eventualmente el Estado boliviano. Son muchas las carencias que existen, son muchos los errores que se están cometiendo (la escasez de agua es uno de ellos) para que, además, haya ostentación insana de uso del poder. Muchas de las autoridades deberían saber, precisamente por su origen campesino, cuánto se podría hacer con más de 3 millones de dólares debidamente invertidos en obras acuíferas en vez de asignarlos a pagar multas o viáticos a adherentes.

En fin, si en cualquier circunstancia la pose de los nuevos ricos es desagradable adquiere además una dimensión inmoral en tiempo de austeridad.

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