Economía de palabras...
¿Dónde están los camiones?
Humberto Vacaflor Ganam
En 2008 fueron 33 los camiones que desaparecieron ante las narices de las Fuerzas Armadas de Bolivia, en Pando.
El senador, ahora exiliado en Brasil, Róger Pinto, denunció que todas las detenciones que ordenó el gobierno en 2009 sobre la “masacre de Porvenir” fueron para cubrir el caso de los camiones.
Y aquel caso (del Porvenir) no se cierra todavía, aunque el de los camiones pasó al olvido, junto con las pruebas de que fue el ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, quien manejó ese mega-contrabando.
Pues ahora, en Sabaya, han desaparecido 41 camiones, también ante las narices de las Fuerzas Armadas y de los oficiales de la Aduana.
La señora Marlene Ardaya informó al país que eran 50 los camiones avistados desde el aire, que estaban estacionados en los patios de las casas de Sabaya.
Se ordenó el asedio, el sitio, el cerco de Sabaya por aire y tierra. La sequía impidió que hiciera también por río.
El país entero estaba expectante. Todos querían saber si los sabayeños se iban a rendir ante semejante operación combinada de los aparatos más contundentes y eficientes (por lo menos en sus nombres) para hacer cumplir las leyes.
Pasó una semana, pasaron dos y luego tres semanas. Entonces se vieron las banderas blancas. Los sabayeños se habían rendido. Es que no tenían víveres y tuvieron que sucumbir.
Abrieron el pueblo y, oh sorpresa, las gloriosas Fuerzas Armadas sólo encontraron 9 camiones. Habían desaparecido, como por arte de prestidigitación, como obra de Houdini, un total de 41 camiones, todos cargados de mercadería recién importada de Chile.
Dice la Aduana que los pobladores quemaron la mercadería y sólo entregaron “basura”. ¿Y qué pasó con los enormes camiones, con acoplados, que estaban en el pueblo y habían sido avistados desde el aire, como dijo doña Marlene? No estaban.
Todas las miradas van hacia el ministro Quintana, porque él sigue a cargo de todas las fronteras del país. Quizá haya que buscar esos 41 camiones en los caminos a Pando. Esa es una buena pista.
Lo que preocupa es que esta vez, igual que en el caso de los 33 camiones, se esté preparando otra represión masiva, inspirada en propósitos vengativos. El gobernador de Oruro tiene que estar tranquilo. Quintana no lo tiene en la mira.
Aparte de esto, algo tendrán que decir las Fuerzas Armadas. Su prestigio está en juego.
Vacaflor.obolog.com
Humberto Vacaflor Ganam
En 2008 fueron 33 los camiones que desaparecieron ante las narices de las Fuerzas Armadas de Bolivia, en Pando.
El senador, ahora exiliado en Brasil, Róger Pinto, denunció que todas las detenciones que ordenó el gobierno en 2009 sobre la “masacre de Porvenir” fueron para cubrir el caso de los camiones.
Y aquel caso (del Porvenir) no se cierra todavía, aunque el de los camiones pasó al olvido, junto con las pruebas de que fue el ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, quien manejó ese mega-contrabando.
Pues ahora, en Sabaya, han desaparecido 41 camiones, también ante las narices de las Fuerzas Armadas y de los oficiales de la Aduana.
La señora Marlene Ardaya informó al país que eran 50 los camiones avistados desde el aire, que estaban estacionados en los patios de las casas de Sabaya.
Se ordenó el asedio, el sitio, el cerco de Sabaya por aire y tierra. La sequía impidió que hiciera también por río.
El país entero estaba expectante. Todos querían saber si los sabayeños se iban a rendir ante semejante operación combinada de los aparatos más contundentes y eficientes (por lo menos en sus nombres) para hacer cumplir las leyes.
Pasó una semana, pasaron dos y luego tres semanas. Entonces se vieron las banderas blancas. Los sabayeños se habían rendido. Es que no tenían víveres y tuvieron que sucumbir.
Abrieron el pueblo y, oh sorpresa, las gloriosas Fuerzas Armadas sólo encontraron 9 camiones. Habían desaparecido, como por arte de prestidigitación, como obra de Houdini, un total de 41 camiones, todos cargados de mercadería recién importada de Chile.
Dice la Aduana que los pobladores quemaron la mercadería y sólo entregaron “basura”. ¿Y qué pasó con los enormes camiones, con acoplados, que estaban en el pueblo y habían sido avistados desde el aire, como dijo doña Marlene? No estaban.
Todas las miradas van hacia el ministro Quintana, porque él sigue a cargo de todas las fronteras del país. Quizá haya que buscar esos 41 camiones en los caminos a Pando. Esa es una buena pista.
Lo que preocupa es que esta vez, igual que en el caso de los 33 camiones, se esté preparando otra represión masiva, inspirada en propósitos vengativos. El gobernador de Oruro tiene que estar tranquilo. Quintana no lo tiene en la mira.
Aparte de esto, algo tendrán que decir las Fuerzas Armadas. Su prestigio está en juego.
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