Justo cuando los propietarios de los autos indocumentados inician sus bloqueos y movilizaciones, en el Chapare surge la curiosa propuesta hecha por los mismos cocaleros, de pagar impuestos.
Dicen por ahí que “chuteros” y “cocaleros” son hermanos siameses y esta puede ser la prueba de aquello, pues acaba de surgir algo así como un frente destinado a exigir que se “legalice lo ilegal” a través del mecanismo del pago de impuestos. Son sectores que “le han metido nomás, aunque sea ilegal” y ahora están demandando que se los legalice, usando el pago de impuestos como “agua bendita”.
Qué paradoja, en un país donde nadie quiere tributar, resulta que los ilegales sí quieren. En el asunto de los “chuteros”, el gobierno parece actuar con claridad y de hecho, ayer ordenó reprimir los bloqueos que habían iniciado en algunos puntos del país. Pero el planteo de los cocaleros parece ser una forma de chantaje, de oportunismo, pues en caso de que legalice los autos de contrabando, ahí estarán ellos, firmes para demandar pasen al orden jurídico los cultivos que hoy producen casi exclusivamente para el narcotráfico.
La cosa se ha puesto más peligrosa de lo esperado, desde que el candidato de Unidad Demócrata sale en defensa de los chuteros.
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