Entre algunos miembros del oficialismo parece haber una competencia para ver quién dice más sandeces. El senador Isaac Ávalos fue quien inauguró esta olimpiada nacional cuando afirmó aquello de los colombianos, una afirmación xenófoba de grandes proporciones.
Segundo en el podio se encuentra el ministro de Economía, Luis Arce, quien dijo que los albergues, hogares, asilos y refugios de personas abandonadas que administra la Iglesia Católica son emprendimientos privados y por lo tanto deben cumplir con todas las obligaciones de una empresa. Hay algunos que se preguntan ahora si los asilos cotizan en bolsa o venden acciones, pues a lo mejor su rentabilidad es altamente recomendable.
Y vamos con el tercero, el presidente de la Cámara de Diputados Marcelo Elío, autor de la recomendación de expulsar a todos los obispos extranjeros, porque según él traen el país criterios ajenos a la realidad boliviana. El señor Elío tal vez no sabe que en Bolivia son escasos los sacerdotes bolivianos, la vida de un cura es muy difícil, de grandes sacrificios, pues dedican todo su tiempo a servir a los demás, especialmente a los desvalidos que deberían ser atendidos por el Estado. Para los bolivianos es mucho más fácil ser dirigente político.
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