Eso que parece una broma inocente no lo es, porque justamente lo que se busca es llenarnos las cabezas de mitos y leyendas, hasta que nos convenzamos de que el inquilino del nuevo palacio es algo parecido a una deidad. Los verdaderos conquistadores del Imperio Romano no fueron ni los bárbaros, ni Atila, sino los cristianos y lo hicieron con la fuerza de un mensaje más poderoso que las armas.
Los romanos no tuvieron que pelear contra el humanismo de Cristo, porque ya conocían el derecho y también habían heredado muchos de los valores de los griegos. Los primeros en llegar a lo que hoy es Estados Unidos no eran muy versados en leyes y cuando tuvieron que hacer su constitución se basaron en la Biblia, una ley que ha fundado y ha conquistado muchos imperios y territorios.
Todos, absolutamente todos los que no estamos cortando cabezas en el Medio Oriente, estamos gobernados en gran medida por la Biblia.
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