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sábado, 4 de abril de 2015

Carlos Valverde con acierto las contradicciones del discurso de EvoMorales. Contra la corrupción y nada hace en contra de Felipa, que encarna la figura de la corrupción en el Fondo Indígena, y del machismo. Veamos:

Parece que el chantaje de la “discriminación” ya no hace mella al votante que, cada cinco años decide, más que lo que quiere, lo que, sin duda, no quiere
Cuando el presidente Evo Morales dijo que los electores de La Paz votaron en contra de la corrupción, aún cuando abrió una condicionante, parecía haber entendido el mensaje de las urnas y que estábamos ante una especie de purga legal y ética internas. “Si eso es verdad. El pueblo paceño ha dado voto de castigo a la corrupción; si es así, felicito al pueblo paceño”, expresó.
Los que acostumbramos escuchar el discurso entero, siempre esperamos más y, no nos equivocamos cuando apostábamos que tras de semejante sentencia, iba a salir el exabrupto que iba a negar lo anterior y, tal cual; ahí se largó y argumentó que la pérdida de la Gobernación paceña tenía que ver con la condición de mujer indígena de la candidata Felipa Huanca; “Siento que todavía hay machismo y también discriminación a una mujer originaria campesina”, dijo textualmente don Evo.
A ver: si el propio Presidente asume (con reservas) que en La Paz hubo un fuerte llamado de atención y rechazo a la corrupción cometida en el Fondo Indígena; debiera tener en cuenta que una de las principales acusadas y sospechadas de esa corrupción es, precisamente, doña Felipa y que, obviamente, gran parte de la ciudadanía paceña rechazó esa candidatura porque la señora resultó ser parte de lo que una ciudadanía hastiada rechazaba.
¿Porque es mujer e indígena? Por favor, Patzi es indígena también y eso equipara “lo indígena” si es que ese es el problema de don Evo y… mujer… bueno, La Paz ya eligió en una oportunidad a una mujer, doña Mónica Medina (que no fue una buena Alcaldesa es otra cosa), así que, tampoco vale el forzado sexismo de don Evo y, aquí es donde debemos quedarnos nomás con el hecho de que doña Felipa no fue buena candidata y, además, como extra, está sospechada de ser corrupta.
Sobre la señora pesan denuncias de entrega de dineros de manera indiscriminada y a proyectos sin respaldo; eso en el campo de la administración del Fondo aunque también tiene sospechas de corrupción personal… ¿qué quería don Evo? Que porque él se paseaba con la sindicada de corrupción la gente ignore lo que ya se sabía?
Uno de los problemas del Presidente parece ser la seguridad que tiene de que quien camina a su lado será “salvo” (recordar YPFB, Fondo Indígena, Barcazas, BOA Catering, etc). Cuando esto ocurre, se nota el evidente deterioro de la gestión.
Sin embargo y para bien, parece que el chantaje de la “discriminación” ya no hace mella al votante que, cada cinco años decide, más que lo que quiere, lo que, sin duda, no quiere.
El autor es periodista y analista político.

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