Estas elecciones, más allá de los resultados, dejan lecciones que debemos tomar en cuenta para lo que se nos viene en los próximos meses y años.
1. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha llegado al tope de su incompetencia y credibilidad. Urge cambiar la ley electoral, cambiar a los miembros de este Órgano y buscar su autonomía e independencia de las injerencias políticas, que han terminado de minar en su confiabilidad y respetabilidad.
Ya en el anterior proceso de octubre de 2014, el propio Presidente de la República tuvo expresiones de censura al trabajo del TSE. Hoy la ciudadanía ha visto estupefacta cómo las inhabilitaciones e impugnaciones se han convertido en una herramienta para destruir a siglas y candidatos.
Nunca antes en la historia electoral, de hace más de 30 años, habíamos tenido algo parecido a lo que ocurrió con Beni. Las inhabilitaciones se han convertido en chacota electoral. Una pena que la ya baja calidad de la democracia que vivimos los bolivianos sea dragada hasta tocar el fondo, en el que ni el voto es respetado.
Para colmo, organismos como la OEA y Unasur vienen a avalar estos niveles de incompetencia y de baja intensidad democrática. Sus observadores internacionales que envía son unos turistas del voto y un botadero de plata en profesionales, seguro muy respetable, pero inútiles para apoyarnos a mejorar nuestra transparencia y confiabilidad en la democracia.
2. Estas elecciones marcan el fin y el nacimiento de liderazgos. Varios líderes que están participando, después de estas elecciones y de sus resultados, se verán obligados a ceder sus espacios a la emergencia de nuevos. O los ceden o se los van a quitar. Personajes como José María Leyes, Soledad Chapetón, Rodrigo Paz, Pablo Canedo, Ernesto Suárez, Adrián Oliva, Luis Revilla, Gatty Riveiro, Óscar Vargas, Ernesto Justiniano, Rebeca Delgado, para citar algunos, jugaran un rol importante en la política local y nacional.
Muchos de ellos estarán ocupando espacios de poder local, algunos más bien desde la sociedad civil. Es también previsible que algunos de ellos, que hoy prometen, terminen absorbidos por las circunstancias de la gran devoradora de liderazgos: la realpolitik.
En todo caso, personajes como Rubén Costas, German Antelo, Samuel Doria Medina y el propio Evo Morales pareciera que deberán moverse entre reinventarse o dar paso a nuevas generaciones.
3. Los resultados de las elecciones desnudarán que en los espacios locales el MAS va en retroceso y que ha iniciado el proceso de desgaste y de luchas intestinas. En realidad, las disputas internas ya se dieron antes de las elecciones con el marginamiento de varios liderazgos que se presentaron solos en las elecciones y que fueron objetados o combatidos por el régimen.
Ahí están Damián Condori, Alejandro Almaraz, Luis Alfaro, Félix Patzi y otras personalidades que expresan el descontento y marginamiento que hay dentro el MAS. Los costos de 10 años de Gobierno han empezado a cobrar factura y es previsible que el acelerado desgaste del oficialismo haya empezado.
La súplica lanzada por el Presidente en el cierre de campaña en El Alto, el pasado miércoles 25, desnuda el inicio de esa orfandad: “Tenemos tiempo todavía, vamos llamando por teléfono casa por casa, somos familiares. El orgullo del pueblo alteño no puede quedarse enterrado si gana la derecha”, dijo Morales.
“Si perdemos de verdad sería una mala imagen para todo El Alto, sería una enorme preocupación. De qué sirvió la lucha cuando de aquí, de verdad, hemos sepultado al neoliberalismo; en qué quedaría la imagen de El Alto, en qué quedaría la imagen de Bolivia”, dijo Morales.
Y añadió que “mientras estemos unidos es la derrota del imperio, mientras estemos unidos siempre va ser el triunfo del pueblo”. Ante los gritos de “Evo, Evo”, el primer Mandatario dijo que no era él el candidato, sino Felipa Huanca y Édgar Patana. Añadió que “si hay nueve concejales (electos el domingo en El Alto), lo que ustedes pidan, ése es (mi) compromiso, como en el (juego del) cacho, en la mesa con las mujeres, a veces (el) ganador pide”.
4. Se vienen tiempos de crisis a pesar del supuesto blindaje que tenemos. Gobernaciones y municipios recibirán en el nuevo techo presupuestario de julio, entre 30 a 35% menos de recursos, lo que los obligará a hacer ajustes en inversión y en gastos corrientes.
La disputa con el Gobierno central puede ir en aumento por el acceso a mayores recursos económicos. Por su parte, el Gobierno central buscará desestabilizar o neutralizar a los poderes locales mediantes los concejos/asambleas locales o el chantaje. Por otro lado, los inútiles referendos por cartas orgánicas y estatutos intentaran ser el señuelo que mantenga distraídos a la sociedad y a las autoridades locales.
5. Desde hoy empieza la carrera al 2019. El régimen, bajo el pretexto de cambiar la justicia, buscará cambiar la Constitución para que se abra la reelección indefinida. La oposición, por su parte, tendrá que buscar su rearticulación en función de un pro Bolivia en base a los nuevos liderazgos, tarea que fue muy difícil hasta ahora.
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