Desde su posesión, el mandatario de EEUU, Donald Trumpo, no deja de provocar al mundo y a su país, llegando a límites no vistos antes al promulgar una orden ejecutiva que prohíbe el ingreso a su territorio de ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Yemen, Siria y Sudán, bajo el pretexto de cuidar su seguridad y luchar contra el terrorismo internacional.
Sin embargo, esta norma rebasó la tolerancia. No sólo le valió varias críticas en diferentes partes del mundo, sino también en su propio país. Incluso han surgido voces desde dentro de los republicanos que no están de acuerdo con las decisiones del magnate.
Desde su firma, el polémico decreto comenzó a tener efectos en las fronteras y aeropuertos de EEUU, impidiendo que muchas personas viajen y deteniendo a otras en las terminales. Incluso jueces federales de los estados de Nueva York, Massachusetts, Virginia y Washington dejaron algunas de sus disposiciones en suspenso.
Tal parece que una de las características del mandatario estadounidense no es el cálculo de las consecuencias de lo que decide y, en los 10 primeros días de su mandato, sólo se le sumaron los problemas, las críticas y el rechazo en todas partes del mundo, desde Sídney, en Australia, pasando por el mundo árabe, hasta el multicultural San Francisco, en EEUU.
Dos reconocidos dirigentes republicanos han criticado públicamente la orden ejecutiva advirtiendo que se trata de una herida autoinflingida en la lucha contra del terrorismo. Según la explicación de los funcionarios, que ayuda a entender la dimensión del problema generado con la decisión, las tropas estadounidenses están luchando lado a lado con los iraquíes para derrotar al Estado Islámico (EI), pero la orden ejecutiva prohíbe a los pilotos iraquíes ir a las bases militares en Arizona para luchar contra el EI.
Además, la Asociación de Universidades Estadounidenses (AAU, por sus siglas en inglés), que representa a 62 instituciones, entre las que se incluyen Harvard, Columbia, Stanford y Chicago, instaron a dar marcha atrás con la orden, debido a que la medida afecta a más de 17 mil estudiantes e investigadores que provienen de los países estigmatizados, advirtiendo que otros países aprovecharán la ocasión para captar grandes talentos.
Desde otro sector, el arzobispo de Chicago hizo estallar la primera bomba de réplica: el cardenal arzobispo de Chicago, Blaise Cupich, afirmó que EEUU “vive un momento oscuro de su historia” por “rechazar a los refugiados y cerrarles las puertas de nuestra nación, en modo particular a los musulmanes”.
Para rematar, el expresidente Barack Obama se sumó, también en una actitud sin precedentes, con una declaración en la que expresa su respaldo a las protestas sociales que resisten la medida.
Pero el mandatario estadounidense tiene a su favor que innumerables veces ha reiterado en su campaña que iba a adoptar estas medidas y, a pesar de ello, los norteamericanos votaron por él, sin pensar que adoptar estas medidas podían tener tan graves consecuencias no sólo para EEUU sino para el mundo.
Lo que no se previó es que estos 10 días de gestión estremecerían al mundo como está sucediendo.
Este es el Observador desde Suecia hacia el mundo. Un Vigilante de la libertad humana. El Vigía por los derechos del hombre, la preservación del medio ambiente, la paz universal.
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miércoles, 1 de febrero de 2017
el mundo está estremecido. el veto de Trump a ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Yemen, Siria y Sudán ha puesto a la Humanidad en un preámbulo de guerra. Los Tiempos, me admira, en forma valiente y humana reclama mayor equidad. Trump ha provocado tal caos, que su medida está siendo resistida no solo por los demócratas, también por republicanos. al desbarajuste se suma el despido de la Fiscal General. estupor. alarma. nervios y desesperación en el panorama.
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