Represión y crisis en Venezuela

En Venezuela el régimen de Nicolás Maduro arrastra una profunda crisis desde hace mucho tiempo. El país hermano -con una de las reservas más grandes de petróleo del planeta- se encuentra empobrecido, con desabastecimiento alimentario, muertes por falta de medicamentos y encima una creciente criminalidad. Se suma un pedido clamoroso -nacional e internacional- que exige llamar pronto a elecciones para restablecer la democracia, seriamente dañada por quienes mandan en esa atormentada nación en nombre del llamado Socialismo del Siglo XXI, proceso populista que por lo visto y hecho ha fracasado. 

En estos momentos la situación venezolana ha llegado a un punto dramático. Más de veinte muertos se cuentan en los últimos días como resultado de duros enfrentamientos entre opositores y cuerpos represivos del oficialismo. 

Las protestas aumentan por doquier. El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) y numerosos líderes del hemisferio se han unido en torno a la necesidad de aplicar la Carta Democrática Interamericana para resolver el conflicto. Gran parte del pueblo venezolano demanda elecciones libres lo más pronto posible, algo que Maduro y sus seguidores quieren impedir a toda costa. Pese al registro contabilizado de firmas de varios millones de personas, tampoco se autorizó el referendo revocatorio. Hace poco se quiso anular al Congreso aunque luego Maduro dio un paso atrás por la presión externa. El pluralismo democrático no funciona debidamente en Venezuela. Varios países europeos y personalidades mundiales también exigen comicios y protestan por la incitación a la violencia de Maduro. 

Por otro lado, no faltan quienes alegan “acciones digitadas por el imperio”. Ante el drama del otrora próspero estado caribeño, esta gastada teoría conspirativa tiene escasa resonancia, aunque constituye el argumento predilecto de Evo Morales, quien reiteró su apoyo al régimen de Maduro. La posición del primer mandatario boliviano deja bastante que desear. El apoyo a su colega de Caracas podría haberlo presentado de otra manera, máxime en la actual situación, donde palpablemente la democracia pluralista en ese país está siendo avasallada.

Hacemos votos por una pronta conclusión pacífica del conflicto, sin más muertos ni enfrentamientos. Maduro debe convocar a elecciones generales lo más pronto posible para frenar la escalada de violencia, restaurar la democracia y devolverle la tranquilidad y la esperanza de tiempos mejores a los venezolanos.