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lunes, 22 de noviembre de 2010

cruel afrenta a la memoria de Marcelo Quiroga. condecorar al ejército culpable de su asesinato y cómplice del ocultamiento es una cruel ironía. LT, CB

La decisión de la Cámara de Diputados de condecorar al Ejército con la Orden Parlamentaria al Mérito Democrático Marcelo Quiroga Santa Cruz ha motivado una serie de reacciones que van del estupor y la perplejidad a la furia e indignación entre quienes sienten algún respeto por la memoria del líder socialista.

Es comprensible que así sea, pues si bien el Ejército puede haber dado durante los últimos 28 años muchos motivos para hacerse merecedor del reconocimiento colectivo, de ningún modo éstos justifican que se olviden algunos episodios de la historia de nuestro país en los que jugó un papel que distó mucho de ser meritorio.

“Eran otros tiempos”, dicen los asambleístas del Movimiento Al Socialismo al defender su iniciativa, y es probable que algo de razón tengan. Pero no es menos cierto que el nombre de Marcelo Quiroga Santa Cruz está muy directamente ligado precisamente a esos “otros tiempos” más que a los cambios actuales, por lo que otorgar una condecoración que lleva su nombre a una institución cuyos mandos fueron los directos responsables de su asesinato resulta una cruel ironía.

Peor aún si se considera que durante los últimos cinco años los altos mandos de las FFAA no han escatimado esfuerzos para impedir el esclarecimiento del asesinato del líder socialista al negarse a acatar tres órdenes judiciales para abrir los archivos del Departamento II.

Por eso, entre otros motivos, los asambleístas del MAS deben una explicación a todos quienes todavía sienten algún respeto por la memoria de Marcelo Quiroga Santa Cruz.

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