Centenares de indígenas de la región occidental celebraron ayer una boda colectiva apadrinada por el presidente Evo Morales, con ritos parecidos a la comunión usando hojas de coca y con un acto teatral que simbolizó la violencia de la conquista española y la de las rebeliones indias durante la colonia. Alrededor de 350 parejas de once etnias, muchas en concubinato hace años y con hijos, participaron en un coliseo deportivo de La Paz en la inédita ceremonia, haciendo compromisos de amor, vistiendo ropa típica y participando en ritos preparados por los ancianos, sabios y dirigentes de cada grupo indígena.
Morales, en tono de broma, señaló que le gustó tanto la ceremonia que podía dejar su condición de soltero.
Cuestionamientos. En declaraciones a La Razón, el antropólogo Miguel Pérez citó diversos elementos que no hacen del todo andina la celebración. Primero, dice, el lugar en que se realiza no es sagrado, además que en la cultura andina la unión de una pareja es libre, no hay boda civil ni religiosa y que las ceremonias se hacen en presencia de sus respectivas familias.
Respecto al tema, el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, señaló en el mismo diario que el coliseo tuvo que ser bendecido por los amautas para darle el carácter de sagrado, ya que los terrenos de Tiahuanaco, donde debía realizarse la ceremonia, estaban inestables.
Llamó la atención la forma en que los ancianos de pueblos como el Chipaya distribuyeron hoja de coca al modo que se hace con las hostias y en vez de anillos, las parejas intercambiaron estatuillas. La ministra de Culturas, Elizabeth Salguero, confirmó que las parejas pueden ser beneficiadas con viviendas, parte de un programa social que impulsa Evo con el lema "el casado, casa quiere".
La activista de la organización feminista Mujeres Creando, María Galindo, fue violentamente desalojada de la ceremonia por un grupo de policías cuando realizaba labores periodísticas.
Morales, en tono de broma, señaló que le gustó tanto la ceremonia que podía dejar su condición de soltero.
Cuestionamientos. En declaraciones a La Razón, el antropólogo Miguel Pérez citó diversos elementos que no hacen del todo andina la celebración. Primero, dice, el lugar en que se realiza no es sagrado, además que en la cultura andina la unión de una pareja es libre, no hay boda civil ni religiosa y que las ceremonias se hacen en presencia de sus respectivas familias.
Respecto al tema, el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, señaló en el mismo diario que el coliseo tuvo que ser bendecido por los amautas para darle el carácter de sagrado, ya que los terrenos de Tiahuanaco, donde debía realizarse la ceremonia, estaban inestables.
Llamó la atención la forma en que los ancianos de pueblos como el Chipaya distribuyeron hoja de coca al modo que se hace con las hostias y en vez de anillos, las parejas intercambiaron estatuillas. La ministra de Culturas, Elizabeth Salguero, confirmó que las parejas pueden ser beneficiadas con viviendas, parte de un programa social que impulsa Evo con el lema "el casado, casa quiere".
La activista de la organización feminista Mujeres Creando, María Galindo, fue violentamente desalojada de la ceremonia por un grupo de policías cuando realizaba labores periodísticas.
Fortalecimiento de nuevas familias
EL GOBERNANTE, QUE TIENE DOS JÓVENES HIJOS DE DIFERENTES RELACIONES, DESTACÓ LA IMPORTANCIA DE FORTALECER A LAS NUEVAS FAMILIAS COMO CENTRO DEL ESTADO 'PLURINACIONAL'.
350 Parejas fueron las que contrajeron nupcias con ritos andinos en el coliseo de La Paz.
36 Culturas es la diversidad que alberga el Estado Plurinacional.
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