El régimen de Evo Morales debería mirar atentamente lo que acaba de ocurrir en Ecuador, donde el presidente Rafael Correa sometió a referéndum varias decisiones, entre ellas, una profunda reforma de la justicia y la limitación del trabajo de los medios de comunicación.
Pese a que el mandatario ecuatoriano salió eufórico a celebrar un triunfo basado en los primeros conteos, este lunes los últimos datos hablaban de un empate técnico, lo que obviamente, le resta legitimidad a los cambios constitucionales que impulsa el gobierno, que naturalmente esperaba una aplastante victoria, gracias a mismas mañas y trampas que pretenden aplicar en Bolivia en la elección de autoridades del Órgano Judicial. Las encuestas de los últimos meses reflejan altos niveles de rechazo hacia el Gobierno de Evo Morales y es posible que se mantengan hasta septiembre, el mes fijado para los nuevos comicios. El régimen del MAS se quiere pasar de vivo con un plan cuya finalidad es meterle los dedos a la boca a la ciudadanía a la que cree desproporcionadamente tonta e ignorante. Cuidado que esas mismas proporciones, pero a la inversa, se reflejen el día de la votación.
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