Que el ministro de Economía haya dicho que un salario de Bs 8.000 podría provocar indigestión a los trabajadores es una ofensa mayor.
Quizá los periodistas que defendían a rajatabla el “proceso de cambio” y que están cambiando poco a poco, verso a verso, gota a gota, tengan que decir algo. Un mea culpa no estaría demás. Por lo menos uno.
Lo de Luís Arce Catacora es una muestra de humor ácido, que es más severo que el humor negro. Pero ni siquiera a Rockefeller se le hubiera ocurrido decir esa frase. –No les pago más porque ustedes podrían indigestarse de tanto comer en exceso. Puestos a comer, ustedes no tienen medida; no tienen mesura. Ustedes, los seres inferiores, no pueden tener a su alcance todos los alimentos que quepa en sus gargüeros, en sus buches; alguien tiene que velar por su salud. El instrumento para tener ese control son los salarios. Entonces, quien maneja el sistema salarial tiene la responsabilidad de cuidar por la salud de todos los que tienen un salario.
Los ministros de economía de los gobiernos del apharteid en Sudáfrica tuvieron cuidado en no pronunciar esa frase, suponiendo que la hubieran pensando. Les habrá parecido excesiva. De humor, pero de humor perverso.
¡¡Y las sandeces que dice el superministro Quintana!! O lo que dicen los deficientes de Fidel Fidel Surco, Edwin Tupa y otros.
¡Expulsar a la DEA porque un general de la policía es narcotraficante!! ¿Por qué no expulsar a la Luna porque lo vio todo?
Este ocaso está demorando mucho.
Los bolivianos están con el cambio. Cambio y fuera. Ya lo han dicho 50.000 paceños en el estadio. Fuera.
De los detalles se ocuparán los abogados.
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