Mauricio Aira
Nuestra historia es única en cuanto a cantidad y formas de golpes de estado incluyendo el “autogolpe”, que permite si cabe la “retoma del poder prescindiendo de los factores que formalmente impiden el control total y absoluto del Estado”. En el pasado no faltó el fallido intento de “un golpe democrático” que supuestamente dejaría en pie al legislativo y afectaría solamente al ejecutivo. Aquella inédita tentativa duró escasos 16 días, que sin embargo fueron la culminación de todo un proceso sedicioso con un programa y una táctica que nos recuerda mucho a lo que viene sucediendo hoy en día.
El actual proyecto de cambio de gobierno pasa por un plan ejecutivo que consiste en enervar al máximo la efervescencia sustrayendo del tesoro de prefecturas, alcaldías y universidades ciertas sumas de dinero para cubrir un legítimo beneficio para los mayores de 60 años que se llama Bonosol y que se cambiará a Renta de Vejez, porque aquel huele a movimientismo y gonismo, mientras que éste será evista y masista. Para provocar la crisis de gobierno se está lanzando una ofensiva frontal de oposición contra el oficialismo: “Vamos a demostrar quién está con el pueblo” e insistir en los recortes, de los porcentajes ya oleados y sacramentados del reparto por la venta del gas y del petróleo. “No podemos incumplir con la inversión programada” asegura el Rector Jaldín de la René Moreno de SC, “porqué no pagar el bonosol, ahora con un alias distinto, del pedazo de torta que se adjudica el Gobierno Central” opina el senador Guiteras. “El país tiene otros muchos ingresos y tendrá aún más si hay inversiones” describe el Prefecto Reyes Villa, negando que la única fuente para la cobertura social del bono masista sean los recursos ya asignados y que figuran en los presupuestos de los tres afectados.
La táctica de profundizar la crisis mediante acciones parlamentarias distractivas como interpelaciones, informaciones orales, que desencadenará más temprano que tarde una censura de todo el gabinete y dará por resultado el enfrentamiento de ambos poderes que sería resuelto con la intervención de las Fuerzas Armadas, cuyos primeros balbuceos se han dejado sentir al menos en tres ocasiones, la última negando el art. 109 de la CPE: “en cada departamento el Poder Ejecutivo está a cargo y se administra por un Prefecto, que ejerce funciones de Comandante General del Departamento, designa y tiene bajo su dependencia a los Subprefectos en las provincias y a los corregidores en los cantones, así como a las autoridades administrativas departamentales cuyo nombramiento no está reservado a otra instancia.” Todo con tal de rebajar el rango de las primeras autoridades, el Comandante Vargas les ha replicado a los Prefectos “es lindo soñar”, aunque no ha dicho cómo se debe interpretar el artículo constitucional citado.
En el imaginario las FFAA mantendrían al Presidente elegido con más del 50% quién podrá potenciar a la Asamblea Constituyente, cerrar el Parlamento, aprobar una nueva constitución la misma que esconde el MAS dentro su manga y convocar ahora sí a nuevas elecciones donde sea permitida la reelección indefinida del Presidente.
Por supuesto que la nueva Ley de Leyes pondría condicionantes al principio de propiedad privada, al funcionamiento de los partidos consagrando el unipartidismo, arrinconaría a la Iglesia despojándole de todo apoyo y autoridad, regularía las leyes laborales minimizando el movimiento sindical, establecería la reforma urbana dotando de vivienda a los que no la tienen, tomándola de los que tienen dos, tres o más casas. Terminaría nacionalizando todos los servicios incluído el transporte, que tantos dolores de cabeza provoca en democracia. En suma se haría del control total a título de “justicia comunitaria” para repartir los bienes entre todos los pueblos originarios.
El viejo ideario nacionalista gestado en la Guerra del Chaco y que pasa por Busch, Villarroel y Paz Estenssoro y que instrumentó el MNR para fortalecer la nación, colocando al hombre como primer valor de la sociedad quedará obsoleto sustituyendo los íconos por otros foráneos imprecisos y abstractos que tienen que ver con “la religiosidad andina, originaria, india del pachamamismo” reviviendo “culturas de hace 500 años”e instaurando el neosocialismo siglo 21. En cuanto a la justicia será única y virtual con tribunales sumarios en idiomas nativos y sus jueces dotados de látigos, instrumentos de tortura y castigo para imponer el “ama sua, ama llulla, ama kélla” incluído el linchamiento como legítima forma ipso facto. Habrá llegado la hora de barrer con los grandes resabios y reminiscencias del pasado feudal. Habrá llegado el cambio del gobierno sempiterno del MAS por los siglos de los siglos. (Soñar no cuesta nada)
No hay comentarios:
Publicar un comentario