Casi 30 personas han sido linchadas en la zona del Chapare desde el año 2009 y lo más preocupante es que nadie ha sido detenido ni procesado por esos delitos. El defensor del Pueblo ha pedido a las autoridades pertinentes actuar para frenar estos crímenes, lo que equivale a exigirle al Órgano Ejecutivo a que les dé permiso a la Policía y la Justicia para actuar. Pero eso es poco probable tomando en cuenta ciertos antecedentes.
Por ejemplo, el trópico cochabambino se ha convertido en la región con mayor presencia de autos “chutos” y recientemente, un alto oficial de la Policía dijo que no podía intervenir por razones que no precisó, pero que resultan demasiado obvias.
El uniformado fue echado del cargo, pero nada asegura que las cosas puedan cambiar en materia de legalidad, puesto que hasta el presidente Morales se quejó hace unos años de que sus compañeros cocaleros manejaban autos sin placa.
Como se sabe, el Chapare es uno de los distritos del país donde reina el “control social” y todo indica que el linchamiento es la manera cómo se aplica este mecanismo, seguramente muy temido por aquel jefe policial y por otros más poderosos que él.
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