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jueves, 3 de mayo de 2012

en efecto como anota Emilio Martínez ahora después del "enamoramiento evista" reaccionan los medios mundiales para los que no es más que "un dictador populista"


¡Qué lejanos aquellos tiempos, cuando Evo Morales recorría el planeta ante el aplauso ingenuo o frívolo de quienes creyeron con ligereza en el cuento del “primer presidente indígena de América Latina”!
Por aquel entonces, el mandatario solía encontrar amplio eco favorable en los medios de prensa internacionales, que repetían acríticamente las consignas demagógicas fabricadas por los asesores presidenciales.
Pero, como bien dice el refrán, “la mentira tiene patas cortas”. El error suele ser una nube pasajera y tarde o temprano la verdad liberadora sale a la luz. Es el momento de la caída de las máscaras.
Así parece estar sucediendo actualmente, de manera que las acciones y los dichos del (des)gobernante son calibrados de modo mucho más realista en el exterior. Al punto que, ante la reciente “nacionalización” de la empresa Transportadora de Electricidad (TDE), el propio vicepresidente del Parlamento Europeo no ha dudado en calificar a Morales de “dictador populista”.
De hecho, la mentada estatización sería más bien una compra de acciones, al estilo de la realizada en el caso de varias empresas petroleras, en medio de un frondoso operativo mediático-militar con el cual el presidente cocalero pretende mantener en pie su tinglado socialista, al precio de liquidar la imagen internacional de Bolivia, convirtiéndola en país expulsor de inversiones.
¡Qué difícil había sido tratar de volverse un gobernante pragmático, ante el riesgo de una pronta desaparición de la tutoría y el paraguas chavista!
¡Difícil, sobre todo, cuando en el mismo momento Argentina opta por meterle a fondo al populismo!
notishots@gmail.com

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