Al CONALDE le toca ahora la tarea de enfrentar el entuerto Revocatorio, que fue concebido como un golpe revocatorio. Evo Morales, fiel a su política, no ceja en su esfuerzo por arrear a los prefectos, provocándolos con consignas pugilísticas a fin de que acepten esta medida que le viene como anillo al dedo a sus planes totalitarios.
Obviando el hecho de que trata con autoridades electas y no con boxeadores, plantea al revocatorio como una lid de machos mens y no como una consulta democrática. Su intención es pasar por alto la trampa que le ha tendido a la democracia, poniendo una cortina de humo a fin de ocultar el peligro que representa esta consulta concebida para debilitar y herir de muerte a la democracia.
La Carta Democrática Interamericana define en su artículo 1º: "Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla", de lo que podemos deducir que se considera Golpe de Estado a los actos o acciones de los gobernantes que violen el derecho del pueblo a vivir en democracia. Por lo que podemos deducir que si el presidente utiliza el voto en desigualdad de condiciones y con fines fraudulentos, está cometiendo un Golpe de Estado camuflado.
A cuarenta días del Revocatorio, Morales ha comenzado a develar sus verdaderas intenciones, manifestando que este sería el paso previo para imponer su proyecto constitucional aprobado con tres muertos y contrario a la vigencia de un régimen democrático.
Como el CONALDE, que ahora congrega a 4 gobernadores recientemente respaldados por el voto mayoritario de los departamentos que han aprobado sus respectivos Estatutos autonómicos, ha manifestado su desacuerdo con esta consulta por ilegal, desigual y sobre todo tendenciosa, el Ejecutivo ha salido a cuestionarlos con provocaciones que sin argumentos valederos intentan tocar el ego masculino y no se remiten a razones legales o políticas que justifiquen la malavenida consulta.
Es un mal antecedente para la política boliviana que desde la presidencia se inste a que las autoridades participen, utilizando llamamientos que apelan al "coraje" antes que a verdades, principios y sobre todo a razones que aseguren que la consulta ayudará a superar la actual crisis política.
El gobierno se está equivocando creyendo que el revocatorio se convertirá en una medida del más "macho" o del más cobarde, puesto que todo pasa más bien por quienes actúan o no como lo debe hacer una verdadera autoridad y se alejan o se aproximan a actos de impostura. Esto tiene que ver con quienes son los más idóneos, más justos, menos corruptos, más respetuosos de las leyes y de los ciudadanos; en resumen de los más o menos democráticos. La paradoja es que quien se postula como el más macho, se ha cuidado de ir a las urnas sólo si tiene ventajas considerables.
Los argumentos de los gobernadores son razonables:"La votación ha sido pedida por gente que no tiene nada que ver con mi gestión", explicaba el gobernador de Tarija, Mario Cossío. Por su parte, Leopoldo Fernández, gobernador de Pando, destacó que el referéndum revocatorio "no le conviene a nadie porque no soluciona nada".
Contrariamente a lo que dijo la oposición (Podemos) para justificar la aprobación del Revocatorio, Morales apunta a conseguir una victoria con mañas o por la fuerza, para proceder después a convalidar la polémica Constitución aprobada por su partido en diciembre. Evo quiere llegar a la consulta por constitución avalado por el respaldo de una posible victoria ratificatoria.
Con mucha lógica los prefectos opositores han percibido que el revocatorio es ventajero y extemporáneo, por lo que han pedido convocar a nuevas elecciones en Bolivia. Esta sería la verdad sin anestesia, sin manipulaciones, sin seguir mintiendo y engañando al pueblo.
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