El papa Benedicto XVI instó hoy a deponer las armas de cualquier tipo durante la homilía pronunciada en la misa celebrada con motivo de la 43 Jornada Mundial de la Paz.
La primera misa del año 2010 en la Basílica de San Pedro por María Madre de Dios y al mismo tiempo con motivo de la 43 Jornada Mundial de la Paz, fue concelebrada por el Papa junto al secretario de Estado, cardenal Tarsicio Bertone, y el cardenal Renato Raffaele Martino, presidente emérito del Consejo Pontificio Justicia y Paz.
El Papa invitó a "convertirnos en proyectos de paz, deponer las armas de cualquier tipo y trabajar todos juntos para construir un mundo más digno para el hombre".
Benedicto XVI recordó el sufrimiento de miles de niños afectados por la guerra en tantas partes del mundo. "A veces -indicó- los pequeños inocentes constituyen una llamada silenciosa a nuestra responsabilidad".
El Papa abordó el respeto cristiano hacia las diferentes culturas del mundo. "La paz comienza con una mirada respetuosa, que reconoce el rostro de la otra persona, cualquiera que sea el color el de su piel, su nacionalidad, su lengua, su religión", dijo.
Un respeto que, según el Pontífice, debe nacer de una reflexión sobre "el rostro de Dios y del hombre" porque "es un camino privilegiado que conduce a la paz".
Durante la ceremonia no se ha adoptado ninguna medida de seguridad particular tras el incidente de Nochebuena en el que Benedicto XVI fue derribado por una mujer con trastornos mentales.
Los hombres de la gendarmería vaticana y la guardia suiza estuvieron a su lado como estaba previsto por el protocolo y el Papa saludó al entrar en procesión a derecha y a izquierda a los fieles que abarrotaban la Basílica de San Pedro para seguir los oficios en el primer día del Año Nuevo.
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