Desde que Adolfo Hitler fue aplastado en la Segunda Guerra Mundial, algunas palabras debieron ser quitadas del diccionario, y una de ellas es "definitivo". El sanguinario líder alemán pretendía crear un imperio que gobernaría para siempre, que se quedaría definitivamente en el poder. Justamente ese término es el que ha usado una fiscal de La Paz para afirmar que el exministro de Gobierno Sacha Llorentty ha quedado excluido y sobreseído para siempre del caso Chaparina, porque según ella, el hombre que comandaba todas las fuerzas de seguridad del país el 25 de septiembre de 2011 no tuvo nada que ver con la salvaje represión que se ensañó contra los indígenas del Tipnis. Las leyes fueron creadas precisamente para combatir las poses dictatoriales, las de Hitler y las de esa funcionaria que actúa como títere del régimen.
Las normas prevén un sinnúmero de figuras con el objetivo de alargar los brazos de la justicia y actuar cuando menos se lo espera. Los que tienen hoy el poder deberían saber que un caso nunca se cierra, pues siempre hay la posibilidad de abrirlo, mucho más cuando se trata de delitos contra los derechos humanos, que no prescriben. Suena exagerado comparar a una fiscal con Hitler, pero es que no dejan de aparecer sus imitadores.
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