El presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, Marcelo Elío, asistió como veedor en las elecciones generales celebradas recientemente en Siria, donde el dictador Bashar Al Assad ganó con casi el 90 por ciento de los votos, una verdadera farsa el estilo Cuba o Zimbabwe que, sin embargo, ha sido calificada como una genuina muestra de transparencia y democracia por el representante nacional.
En su entender, la gente es capaz de hacerse matar para luchar contra el tirano, que ha asesinado a más de 100 mil personas y ha mandado al exilio a millones, pero a la hora de votar lo hace por el régimen tiránico.
En realidad esta es simplemente una muestra de las afinidades que suele tener el gobierno boliviano, que dentro de unos días se convertirá en el anfitrión de la crema y nata de la tiranía mundial, entre los que se encuentran el cubano Raúl Castro; el presidente de Guinea Ecuatorial, Teororo Obiang que gobierna su país desde 1979; Roberto Mugabe, en la presidencia de Zimbawe desde 1987; el inefable Nicolás Maduro, de Venezuela y el candidato a eternizarse en el poder de Ecuador, Rafael Correa, eso sin mencionar a otro que pertenece al club, Andrés Ortega, de Nicaragua, cuyo país aprobó recientemente la reelección indefinida. Todos ellos serán las estrellas del G-77. Bienvenidos, estará como en casa.
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