Algunos oficialistas están escandalizados por el discurso pronunciado por el gobernador de Santa Cruz en la inauguración de la Cumbre del Grupo G-77 + China. Dicen que fue muy desubicado y una diputada opositora cuenta que una de sus colegas legisladoras del MAS estaba por echar chispas y que por momentos tuvo la intención de cortar la transmisión televisiva.
Rubén Costas abogó por los presos políticos que hay en Bolivia, mencionó la persecución y también la “creación de nuevas injusticias”; defendió el libre mercado y dijo que otros modelos alternativos de economía que impulsa el Gobierno solo funcionan “a nivel micro”, que lo mejor es respaldar el sistema capitalista, “que si bien no es justo”, es la única manera de salir del atraso. Reivindicó la herencia indígena de Santa Cruz, pero también ponderó el legado que dejaron los españoles y se refirió a los ataques que recibe la región del centralismo que pone en riesgo la producción.
En algunas cumbres internacionales, nuestros líderes han hablado del sexo de las piedras, han comparado a la papalisa con el Viagra, han dicho que los pollos vuelven homosexuales a los hombres y que los incas derrotaron al imperio romano. Jamás nadie del oficialismo observó este tipo de discurso y nunca se escandalizaron por ello. Por primera vez alguien habla de Bolivia en una cita internacional y algunos se rasgan las vestiduras.
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