Los policías y militares no han recibido muy a gusto la reciente propuesta del presidente Evo Morales, quien ha dicho que los uniformados que estén excedidos de peso no deberían subir de grado mientras no bajen los kilos demás.
Los dirigentes de los gremios que agrupan a los suboficiales han dicho que la idea es discriminatoria y que en lugar de adelgazar, ellos hablan de engordar, pero los salarios, ya que los consideran muy bajos.
Actualmente, los aspirantes a graduarse deben superar una prueba física que incluye fuerza, resistencia, vista y oído, pero no peso, por lo que los gorditos no tienen problemas en llegar a ser generales.
Es más o menos como en el resto de la administración pública, tienen un montón de requisitos, pero el clásico “ama sua, ama llulla, ama quella” (No seas mentiroso, no seas flojo, no seas ladrón) parece haberse archivado en los anaqueles plurinacionales y el presidente no hace más que ratificar su confianza a todo aquel que va alcanzando la talla de un “pez gordo”.
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