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sábado, 20 de febrero de 2016

blindados.. buen término de El Penoco, son los funcionarios intocables, porque siempre se aplica a los más débiles, a los que menos protección tienen esos salen a la calle, los echan, pero los otros, los verdaderos culpables...esos están "blindados" las balas no les entran y ellos no entran a la cárcel.



Uno de los errores que ha minado la credibilidad del régimen gobernante ha sido la excesiva "lealtad" con algunas figuras que han caído en descrédito frente a la población por hechos de corrupción y por algunas torpezas, como la que se ha producido en los últimos días. Se lo ha visto en el escándalo del Fondo Indígena y la tozuda reticencia a tocar a ciertas personalidades que aparentemente gozan de una impunidad a toda prueba.

Últimamente se está viendo cómo voceros del oficialismo han cerrado filas alrededor del viceministro de Gobierno, Marcelo Elío, a quien defienden a capa y espada. Él ya se disculpó por haberse precipitado al calificar como un autoatentado los asesinatos cometidos el jueves en la Alcaldía de El Alto y supongamos que aquel video que despierta sospechas sobre una supuesta tramoya no es prueba suficiente para acusarlo.

Pero hay muchos elementos que necesitan explicación y sobre todo la negligencia con la que actuó la Policía, que además depende de Elío, evidencia suficiente como para investigar una presunta complicidad en las seis muertes. Ha sido este nivel de "blindaje" de ciertos funcionarios de menor jerarquía el que ha llevado la corriente de sospechas hasta los más altos niveles del poder, cuando en política siempre es más saludable aplicar la teoría de los fusibles.

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