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miércoles, 10 de febrero de 2016

ya los "cuentos chinos" como las barcazas, el satélite, las armas, los aviones...empezaban a cansar, en eso aparecieron "las cuentas chinas" o sea la ponchada de millones de dólares que danzan y danzan por doquier, entremezclando los lios de piernas de Don Evo y Gabriela...con las cuentas del Estado, horror" el Presi está que no se aguanta...

Se ha reflexionado mucho sobre los famosos "cuentos chinos" y ahora vamos a hablar de las "cuentas chinas", hecho que surge a propósito de la denuncia relacionada con una sola empresa que maneja la mayoría de los contratos para la ejecución de grandes obras estatales, como la planta de Urea de Bulo Bulo, la vía férrea Chapare-Montero, Misicuni, el ingenio azucarero de San Buenaventura, la provisión de valioso equipo para YPFB, entre otras que se comen gran parte del presupuesto general de la nación. Entre todas las empresas del Estado se llevan la mitad de la plata que debería servir para mejorar la situación social de los bolivianos, generar productividad y construir obras de infraestructura de calidad.

 A estas alturas no vamos a extrañarnos por la descendencia del presidente y tampoco asombra el hecho de que en Bolivia ya no existan licitaciones. Los sobreprecios y otras irregularidades no asustan a nadie y hace mucho que se sabe que esos proyectos manejados por los chinos están atrasados, mal manejados y todos dudan que algún día los puedan terminar para producir algo, aún cuando sea con pérdidas, como está pronosticado. 

Así ha pasado a lo largo de nuestra historia con el estatismo, pero al menos un ovillo de hilo salió de la famosa hilandería, por citar uno de los tantos ejemplos. Con estos cuentos y cuentas chinas la cosa tiende a empeorar.

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