Salió a relucir en el Gobierno el celo que le tienen al expresidente Carlos Mesa, cuya figura comenzó a subir como la espuma a raíz del papel desempeñado como vocero internacional de la causa marítima boliviana.
El exmandatario no fue invitado a participar en una reunión realizada en Santa Cruz, supuestamente porque sólo debían estar los integrantes del grupo de asesores jurídicos de la demanda presentada ante los tribunales de La Haya.
La explicación se hubiera entendido perfectamente de no haber sido por la presencia en la reunión de algunos personajes del Gobierno que no son abogados y que tampoco tienen mucho qué aportar al proceso, al menos no más que Carlos Mesa, cuyo dominio del tema ha dejado atónitos a los propios chilenos.
Y para confirmar el malestar que ha generado el historiador y periodista en las altas cúpulas gubernamentales, el presidente Morales dijo que Mesa no es el único vocero de la causa, puesto que también Tuto Quiroga y Jaime Paz cumplen esa misma función. Eso fue entendido como una escena de celos.
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