Medio Oriente podría ingresar a una nueva crisis humanitaria si la Unión Europea, los Estados Unidos y otros estados no toman medidas concretas para ayudar a los más de tres millones de personas que se han visto desplazadas por el conflicto de Irak, advierte en un informe Amnistía Internacional.
Además, la organización solicita que se tomen medidas para ayudar a los centenares de miles de iraquíes que se han visto desplazados internamente.
Los días 17 y 18 de abril el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha convocado una conferencia internacional en la que se pedirá a los Estados que contribuyan de inmediato a aliviar la situación de los refugiados iraquíes que huyen a Siria y Jordania, países que están haciendo grandes esfuerzos por superar las dificultades generadas por el gran flujo de refugiados.
En la conferencia estarán representados muchos gobiernos, entre ellos los de Irak, Jordania, Siria y otros estados directamente afectados, así como la Unión Europea y Estados Unidos y también asistirán a ella Amnistía Internacional y otras ONG.
Malcolm Smart, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, asegura que Siria y Jordania han sido hasta ahora los países más afectados por el éxodo de refugiados ya que acogen a más de dos millones de iraquíes.
"Tiene que haber un límite más allá del cual no podrán soportarlo dado el aumento constante del número de iraquíes desesperados por escapar del conflicto", señala.
En su opinión, es esencial que otros gobiernos entren ya en acción y presten asistencia directa "a fin de garantizar que los refugiados tengan vivienda y alimentación adecuadas y acceso a la atención de la salud y a la educación en Siria, Jordania y otros países que están ayudando en estos momentos a aliviar las consecuencias del desastre de Irak".
Además de pedir que se preste ayuda directa a las comunidades de refugiados iraquíes y a los países que las acogen, Amnistía Internacional insta a EEUU, la Unión Europea y otros Estados a que establezcan generosos programas de reasentamiento a fin de ayudar a los refugiados iraquíes, en especial a los que sean más vulnerables y estén en situación de riesgo.
"El gobierno del Reino Unido y otros que persisten en la práctica de devolver a solicitantes de asilo rechazados a Irak, aduciendo que las zonas kurdas del norte del país están relativamente en paz, deben desistir de inmediato de hacerlo" afirmó Malcolm Smart.
En su opinión, no debe ponerse en peligro la vida de los iraquíes para que los gobiernos demuestren a su ciudadanía que pueden ser duros con los solicitantes de asilo. "Es jugar con la vida de otras personas", asegura Smart.
En este contexto Amnistía Internacional pide que se tomen medidas para ayudar a los centenares de miles de iraquíes que se han visto desplazados internamente.
"Mientras no lo hagan, mientras no se encuentre una solución que respete los derechos humanos básicos, los iraquíes seguirán pagando el precio con su vida y la estabilidad de la región entera continuará amenazada", concluyó Smart.
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