“Un masista en el Chapare, luego de tomar mucha chicha se fue a desaguar. A su lado estaba un burro. El masista lo vio, se balanceo un poco y le dijo: en esto me ganarás, pero en este otro (señalando su cabeza) estamos Tas con Tas. ¿A qué viene el viejo cuento?
Vamos a repasar algunos datos extraídos de los informes oficiales del Banco Central y del INE, para desvirtuar cualquier mano imperialista de por medio.
Si comparamos en valor las exportaciones del año 2004 con el año 2008 al primer semestre obtenemos un aumento de 1.056 a 3.206 millones de dólares americanos. Todo gracias a la lotería de los precios internacionales en el mercado externo. Este incremento no es esfuerzo del MAS sino de los mercados neoliberales que trabajaron para el MAS. Este año se calcula un valor de nuestras exportaciones de alrededor de $us. 6.500 millones.
Si el precio de los bienes agrícolas, gas, minerales, de la industria manufacturera siguen creciendo gracias a la demanda externa: ¿cómo debemos entender que el Gobierno boliviano prohíba las exportaciones, limite el crecimiento de la producción y genere inseguridad jurídica?
Cualquier ciudadano con dos dedos de frente sabe que es el momento de hacer crecer el producto, es decir de tener mayores volúmenes de oferta exportable. El crecimiento del producto implica mayores recaudaciones internas para un gobierno que necesita crear infraestructura productiva y mejorar los niveles de ingreso social. En cambio para el MAS cuanto mayor es la riqueza más palo hay que darles a los que la crean, para demostrar su indomable ideología comunitaria.
Resultado de esta manera de ver las cosas es que tenemos caída en la producción hidrocarburífera, en la agricultura, en la manufactura y otros indicadores que hacen de Bolivia un país para interpretar. A Bolivia hay que ponerla en el podio de los países que quieren ser campeones de la miseria.
Porque la miseria tiene sus ventajas: se vive de las donaciones que en realidad son deuda, de los movimientos sociales, que son desocupados que marchan todos los días y de las confiscaciones para apropiarse del esfuerzo ajeno.
Si no fuera por los hidrocarburos no tendríamos un país al borde de la secesión. Los hidrocarburos pagan: regalías, impuestos, IDH, IVA, IT e IUE. Si en vez de quitarles dinero a las Prefecturas estuviéramos preocupados por incrementar los volúmenes de gas al: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Norteamérica tendríamos dinero para todo y para todos. Pero no, en la cabeza alegórica del burro masista no caben estas ideas. Hay que quitarles a los “oligarcas”, hay que ser revolucionario, es decir: hay que se querellante todo el día y quejumbroso ante las comunidades con discursos que lloran exclusiones e intentos de golpe contra el “indio”.
En vez de ser un país en marcha, somos un país detenido en el tiempo y el espacio. Apreciamos el boliviano golpeando nuestras exportaciones y todo lo que importamos sigue subiendo de precio, demostrando que la teoría no funciona. Y es así porque la sobredemanda de bienes hace que las monedas de esos países se fortalezcan respecto al dólar americano y al euro, cuando mayores son las exportaciones de un país en volumen y valor, la apreciación de la moneda tiene sentido, pero si en vez de ello tenemos menos volumen exportado, el efecto es dejar fuera de la competencia a nuestros productos.
Por la aplicación de esta política monetaria, que debía tener un dólar igual a 10 bolivianos y no igual a 7, el gobierno ha dejado de percibir unos 15.000 millones de dólares si aplicamos la diferencia cambiaria sólo en la exportación hidrocarburífera.
Mientras esto ocurre, el gasto fiscal en sueldos y salarios de los nuevos jerarcas masistas ha crecido de Bs 7.065 millones a Bs 23.960 millones, ¿Qué tal? Y están pagando como dijimos anteriormente 265 millones de dólares año por intereses de la deuda interna. Teniendo superávit fiscal y comercial se endeudan ¿para qué?Por eso más que un chiste es un drama, estar gobernados por burros y por corruptos.
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