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lunes, 12 de septiembre de 2011

increíble. aquellos que fungiendo de expertos condujeron a la caída de la democracia son los mismos que asesoran para destruír el TIPNIS sin ningún rubor. Humberto Vacaflor afirma que estos "expertos se alquilan"


La exhibición de actitudes canallescas contra la marcha de los indígenas por el Parque Nacional Isiboro Sécure hace inevitable identificar a expertos en movimientos sociales que han optado por olvidar todos sus principios y convertirse en obedientes sátrapas.
Durante años, esos expertos habían estado acumulando experiencias sobre la manera cómo actúan los movimientos sociales. En algunos de ellos parecía una especie de apostolado. Hasta que decidieron quitarse las máscaras.
Estuvieron muchos años preparándose para la llegada de este momento, cuando ellos, haciendo de ministros del Gobierno del caudillo, debían actuar sin ningún miramiento, sin concesiones a la moral ni a la decencia. Este, para ellos, es el fin de la historia. Son los caifaces del movimiento indígena.
Desde que comenzó la marcha, el 15 de agosto, el despliegue de actitudes cobardes, de acusaciones deshonestas, con escuchas telefónicas, con maquinaciones para engatusar a los indígenas, con amenazas hechas a través de terceros, con un coro de medios oficialistas y oficiosos empeñados en mostrar a los marchistas como golpistas y perversos, quedó claro que la octava marcha indígena hacia La Paz se la estaba viendo con un poder inescrupuloso y canallesco.
La maquinaria de difamación de la marcha fue despiadada. Se dijo que los dirigentes estaban borrachos, una acusación que entró en silencio solo cuando un dirigente indígena recordó que el caudillo también marchaba borracho cuando solía protestar. Se dijo que los dirigentes de la marcha eran sirvientes de una agencia de cooperación internacional, hasta que alguien recordó que más de un ministro del Gobierno y el propio presidente recibieron ayuda de alguna de esas organizaciones. Por momentos dio la impresión de que todo el conflicto enfrentaba a marionetas manejadas por organizaciones no gubernamentales extranjeras, de ambos lados.
El trabajo de esta canalla consiste en mentir para ocultar que la carretera debe pasar por el parque sí o sí, como lo admite el caudillo, porque hay contratos firmados y comisiones vigentes. Deben tratar de marear la perdiz de la opinión pública diciendo que el Gobierno ofrece siete, ocho y más ‘alternativas’ para el segundo tramo de la carretera, pero ocultan que todas esas alternativas consisten en pasar por el corazón del parque. Deben ocultar que el caudillo ha prometido a los cocaleros de Chapare nuevas tierras para explotar y que el parque es la ‘tierra prometida’, además de los otros parques nacionales. Deben negar que en Choré ya existe una zona de exclusión, con narcotraficantes colombianos, igual que en Colombia, donde los cocaleros se han hecho fuertes ante la oposición de los campesinos de Yapacaní. Deben negar que el único propósito del caudillo es cumplir con los cocaleros. Que la Pachamama le importa un rábano al cocalero. Que eso de ser líder indígena es algo que le colgaron de la solapa (cuando usaba solapa y no los bordaditos, tan monos, que usa ahora) quienes querían que él fuera un estadista. Duro trabajo tienen estos ‘expertos’.
Solo me queda una curiosidad: ¿saben, estos expertos, que el país los ha identificado? ¿Cómo explicarán a sus hijos que en algún momento tuvieron que hacer el trabajo sucio, alquilados por el caudillo?

* Periodista,  vacaflor.obolog.com

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