En la localidad de Arcopongo de la provincia paceña de Inquisivi, tres personas han muerto en una pelea entre mineros cooperativistas por adueñarse de una mina de oro. El pasado lunes, hasta la mina de Ullakaya llegaron individuos haciendo disparos a quemarropa y el resultado fue mortal, mientras que hay reportes que reflejan una situación de guerra en la zona que impide el ingreso de la policía para la recuperación de los cadáveres.
El ataque ocurre casi al mismo tiempo de la aprobación de la nueva ley minera que prácticamente ha sido redactada bajo la presión de los cooperativistas, cuyo accionar está vinculado a la violencia y los avasallamientos. Algunos no pueden entender cómo es que el Estado se deja hacer imposiciones de este tipo, poniendo en riesgo el patrimonio, el medio ambiente y la seguridad jurídica en el país.
La situación se ha vuelto tan contradictoria que el senador masista Eduardo Maldonado ha calificado a la nueva ley como “antinacional”. Las cosas comienzan a entenderse cuando se conoce la historia de otra mina de oro ubicada en Santa Cruz, cuya concesión pertenece a unos sobrinos del vicepresidente Álvaro García Linera, quien admite el hecho pero dice que no tiene nada que ver con él. Cuando se trata de avasallar, cada uno tiene su estilo.
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