Nos dejó gratamente sorprendidos la calificación que le otorgó la revista inglesa Moncloe a la ciudad de Santa Cruz que la eleva a la categoría de “Big City” y le brinda un reportaje de cuatro páginas. Moncloe es una publicación dedicada a los estilos de vida y elabora cada año el ranking de las 25 mejores ciudades del mundo, convirtiéndose en un disparador de debates sobre mejoras urbanas.
La revista destaca el papel de Santa Cruz como eje económico de Bolivia y elogia el espíritu rebelde de sus habitantes. Pero el entusiasmo que nos dejó Moncloe duró muy poco, pues casi al mismo tiempo, una investigación de la consultora colombiana InSight, define a nuestra capital como el “nuevo Medellín”, por la acción tan fuerte que ha cobrado el narcotráfico, con presencia de desertores de organizaciones paramilitares, criminales, sicarios y emisarios de los grandes cárteles de la droga de Colombia.
Según el informe periodístico, las bandas criminales se dedican a la minería ilegal del oro, la extorsión, la trata de personas, las apuestas clandestinas y la prostitución. Cuesta creer que en Bolivia estén prosperando fuerzas políticas para que Santa Cruz deje de ser Big City y apueste más a ser la Nueva Medellín. Cosas de la economía ilegal que goza de tan buena salud en nuestro país.
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